Eduardo Campoy lleva más de 40 años dedicándose al cine.
Soñaba con ser piloto de aviones y podría haberlo sido si no fuera porque era miope. Aparcó el suelo de surcar el cielo y lo cambió por su otra pasión: el cine. Lo hizo entregándose por completo a su afición de contar historias, como le gustaba hacer pequeños.
Compaginó su formación universitaria con sus primeros trabajos en el cine en los que hizo de todo.
Ahora, hace solo una semana, recibía el reconocimiento de sus compañeros con la Medalla de Oro por su trayectoria profesional y por su defensa de una de las figuras clave en el cine: el productor. Hablamos con él.