ENTREVISTA EN POR FIN NO ES LUNES

La crisis de la dieta mediterránea se acentúa entre los jóvenes: "Habría que poner en las escuelas una asignatura para comer bien"

Varios estudios llevan años alertando de que los españoles comemos cada vez peor, sobre todo en los sectores más jóvenes de la población.

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M.P.

Madrid |

La crisis de la dieta mediterránea se acentúa entre los jóvenes: "Habría que poner en las escuelas una asignatura para comer bien"

¿Cuántas veces hemos escuchado eso de que "hay que comer fruta y verdura todos los días", "las legumbres no se pueden dejar en el plato" y "el pescado hay que comérselo siempre, todas las semanas" porque es la base de la dieta mediterránea".

En España, llevamos varios años presumiendo de ella y es tan importante que en el año 2013 fue declarada por la Unesco Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, pero ¿qué es lo que nos está pasando actualmente?

Desde hace un tiempo, muchos expertos apuntan a que nos estamos alejando de esas raíces y nos estamos alimentando de manera diferente. Un estudio publicado en el año 2019 en Science Direct alertó de que los españoles estamos comiendo tres veces más carne, lácteos y azúcares de lo recomendado y un tercio menos de frutas, verduras y cereales.

Estos cambios en la alimentación no son despreciables, ya que pueden provocar más enfermedades crónicas y conducir al sobrepeso. En España, un tercio de los niños y adolescentes tienen exceso de peso y uno de cada diez presenta obesidad, unas cifras que en la población adulta no son mejores: el 58,8% de la población española sufre exceso de peso y un 18,7%, obesidad.

Por qué la dieta mediterránea tiene tanta fama

Ramón Estruch, presidente del Comité Científico de la Fundación Dieta Mediterránea, explica en 'Por fin no es lunes' los motivos por los que la dieta mediterránea goza de tan buena fama: "Es una dieta que ha sido trabajada y preparada durante muchos años y se ha podido demostrar científicamente que es la más saludable".

El foco sobre la dieta mediterránea lo puso un nutriólogo estadounidense que viajó a Nápoles después de la Segunda Guerra Mundial y comprobó las diferencias que existían entre la forma que tenían los napolitanos de alimentarse en comparación con sus compañeros del Midwest americano. A raíz de eso se planteó qué alimentación sería la más saludable y realizó un estudio en siete países que arrojó la conclusión de que Finlandia y Estados Unidos eran los países donde había mayor incidencia de infartos, e Italia, Grecia y la Isla de Creta, donde menos.

No obstante, hace unos 20 años estuvo en entredicho porque se consideraba que una dieta saludable tenía que ser pobre en grasas y la mediterránea contiene grasas de origen vegetal, como el aceite de oliva y los frutos secos. No obstante, después de más estudios se demostró que los tipos de grasas vegetales o, por ejemplo, la del pescado, eran saludables y podían incluso proteger de muchas de las enfermedades que sufrimos.

La crisis de la dieta mediterránea entre los jóvenes

Estruch apunta que la dieta se mantiene a nivel global porque la población come relativamente bien, aunque es cierto que está bajando en la población joven (no sólo en España, sino también en otros países como Italia) por varias razones:

  • Falta de planificación.
  • Falta de tiempo.
  • Modas anglosajonas que "se cuelan en nuestro país y acabamos comiendo peor".
  • Precio de los alimentos.

España lleva cinco años siendo el país más saludable del mundo en el Informe Anual de Bloomberg, pero hay preocupación entre los expertos por que esto pueda cambiar debido a ese cambio de tendencia entre los más jóvenes. Estruch considera que el problema es de educación, ya que los jóvenes "no saben lo que es comer bien". Apunta que sería bueno que en las escuelas se incluyese una asignatura de dieta mediterránea, alimentación o estilo de vida saludable para "tener unas bases sobre saber qué hay que comer o cómo lo tienes que comer".