La cápsula del tiempo: De Japón a Coria del Río
Andrés Moraleda nos habla en 'Por fin no es lunes' sobre el origen del apellido Japón y su historia en España, concretamente en la localidad sevillana Coria del Río.
La localidad sevillana Coria del Río, con poco más de 30.000 habitantes, habitantes tiene una conexión muy especial con el país del sol naciente, Japón. Una conexión tan especial que se nota en las calles de la ciudad, y en su gente.
En Coria del Río hay más de 600 habitantes que comparten el apellido Japón. Un apellido con mucha historia, y que han paseado ilustres corianos como el Catedrático de Geografía Humana Juan Manuel Suárez Japón, el que fuera Rector de la Universidad Internacional de Andalucía, y una de las personas que más ha estudiado el origen del apellido Japón en Coria del Río.
Para remontarnos al origen del apellido Japón hay que viajar a principios del siglo 17, a la época de los señores feudales samuráis en el país asiático.
Uno de estos señores, llamado Date Masamune, acababa de fundar la ciudad de Sendai. Para mejorar la economía, Masamune simpatizó con los comerciantes extranjeros que por aquella época visitaban Japón. También con los cristianos, que estaban empezando a ser perseguidos por el gobierno central japonés. Así que Masamune decidió mandar una misión diplomática al centro de la cristiandad en aquel momento, que era el Imperio Español.
Y en estas que por el Japón andaba un explorador extremeño llamado Sebastián Vizcaíno que ayudó a Masamune a construir un galeón parecido a los que surcaban los mares del Pacífico para hacer la ruta comercial entre Filipinas y Acapulco, en el Virreinato de Nueva España (actual México).
Dicen que algunos de los japoneses de la Embajada Keicho se quedaron en Coria del Río porque durante su estancia en España se habían convertido al cristianismo, que estaba perseguido en Japón.
Los viajeros japoneses empezaron a tener hijos con las mujeres de la localidad sevillana, y dicen algunos historiadores, que a estos chiquillos se les puso el apellido Japón para evitar tener que pronunciar los complicados apellidos japoneses de sus padres. Un apellido que aún hoy perdura en Coria del Río, aunque la huella genética se haya perdido 400 años después.