Aprobada la ley de amnistía en el Congreso de los Diputados.
Seis meses después, Sánchez tiene la norma que le permite seguir en el poder y los independentistas los artículos que les permiten regodearse frente a un Estado que les pide perdón y borra todos sus delitos sin que ellos hayan renunciado a nada.
Ni siquiera a un futuro referéndum.
Hoy queda consagrado en España el principio de que no todos los españoles somos iguales ante la ley. Que si llevas el apellido independentista gozas de bula para delinquir.
Cometieron un delito de sedición. Metieron la mano en la caja común. Se les consideró indignos para ostentar cargo público y se les inhabilitó.
Hoy todo eso queda diluido por las necesidades políticas de Pedro Sánchez. Son lentejas, nos ha espetado Gabriel Rufián.