María Jesús Montero ha encontrado en tiempo récord un recambio para el impuesto de plusvalía tumbado no hace ni quince días por el Constitucional. Dejemos de lado el entusiasmo desaforado mostrado por los militantes socialistas ante el nuevo crujimiento de la ministra de Hacienda.
Al final siempre es lo mismo. El bolsillo. Ni a los particulares ni a las administraciones les gusta que se los vacíen. Los necesitamos llenos para gastar o para invertir.
Pero claro, el contribuyente siempre puede esperar. La cosa pública no.