Madrid |
Puigdemont suspende todas las negociaciones de Junts con el PSOE y exige una reunión inmediata de ambos partidos en Suiza. Suena grandilocuente, ¿verdad?
Así tiene que ser para que la feligresía independentista piense que el fugado de la justicia es una china en el zapato de Sánchez. La presión funciona y sabemos manejarla, ha dicho para que lo escuchen los suyos.
La verdad del cuento es que Puigdemont ya hizo su trabajo dándole a Sánchez los siete votos imprescindibles para investirle. Y a partir de ahí, uno y otro se necesitan.
El huido no apoyará ninguna moción contra Sánchez porque con él se siente cómodo y a Sánchez le da exactamente igual tener o no Presupuestos, sacar adelante leyes o no. Está en la Moncloa y pretende continuar por mucho tiempo. Con o sin apoyos.