Madrid |
Empieza una nueva etapa en el PSOE. La de la limpieza territorial de todos aquellos candidatos que en las federaciones no son afines al líder. Salvo en Castilla-La Mancha, donde la dirección socialista no se atreve a meter mano en forma de candidato alternativo a Page, por muy crítico que Page sea con la dirección.
Pero sí ha llegado el momento de empezar a deshacerse de los Espadas, Tudancas y otros líderes que no gobiernan en sus regiones. Como lo fue Juan Lobato, ahora sustituido por el ministro Óscar López. Tan convencido está de su valía que no renuncia a su puesto en el Consejo de Ministros. Se quedaría sin el altavoz de cada martes.
Y además, está convencido de que tiene una labor mesiánica, una misión. Ganar Madrid. Arrebatarle la mayoría absoluta a Díaz Ayuso. Dice que desde la limpieza y sin insultar. Sin insultar. Pero llamando fachosfera a la derecha. Que para él eso no debe ser una descalificación.