Aunque el mundo sigue rotando y nuestro país acompasa en los próximos días tendrán los españoles la oportunidad de frenar en el sentido más vital del término.
Os invito a ralentizar vuestras vorágines, acallar los estreses y pensar a poquitos en esas cosas que nos alimentan la existencia y que solemos dar por asumidas o amortizadas. Propongo al personal una Semana Santa más intensa y no por el recogimiento, que también, si es preciso.
Intensa en valorar a los amigos, a las familias y a las tradiciones. Intensa en captar las imágenes, los paisajes y los olores. En ponerle un marco con las manos a tu casita en el pueblo, a ese río que no se detiene y en ir hasta esa zona de columpios donde solías despellejarte las rodillas sin remedio en cada escapada. El guiso, la risa, las confesiones. Tus recuerdos, tus experiencias y toda esa dotación que te ha hecho como eres.
Andamos y vivimos y así cada día. Sin reflexionar y sin asumir que el momento se va pisoteado por otro. Ya ves amiga, amigo, como está el mundo. No dejes pasar ni un segundo estos días saboreando la vida. Tu vida. Es así como el corazón se recarga y nos permite bombear para tanto desgaste. Feliz semana. Sea santa, marinera, ermitaña, festivalera o familiar. ¡La que tú quieres disfrutar más que nunca!