Monólogo de Alsina: "No vale ser presidente e ignorar, por talante, que Rufián acaba de acusarte de secuestrar a Junqueras"
Fue reveladora la sesión de control al gobierno de ayer. La respuesta del presidente a Gabriel Rufián, sobre todo.
Se puede tener muy bien talante, y un deseo sincero de rebajar la tensión, pero no vale, presidente, hacer como que no ha escuchado lo que se acaba de decir en el hemiciclo. O hacer como que sólo ha escuchado una parte.
Rufián, lo sabemos, es el diputado agitador que tiene el independentismo catalán en las Cortes. Con este estilo sobrado y desdeñoso con el que suple el poco peso que, en realidad, tiene en las decisiones que toma su partido. El estilo Rufián. De repartidor de certificados democráticos. Disfruta de la vida parlamentaria madrileña, en la capital del reino opresor con buen salario, mientras toma la palabra cada miércoles para perdonarle la vida a quien gobierna España.
Al presidente del gobierno le dicen, le espetan, le escupen en el Congreso que hay políticos secuestrados en las cárceles de España ¿y qué responde? Que por favor no llame hooligan a sus ministros. Que retire usted lo de hooligans. Oiga, que ha dicho que a Junqueras lo tiene usted secuestrado. ¿Cuál es la vara de medir del presidente?
Que de los secuestrados no dice nada, que tiende mansamente la mano (las manos) al sobrado Rufián y aún hace algo más: responsabilizar de la situación en Cataluña no al partido del señor que acaba de hablar(y que gobernó y gobierna la comunidad catalana), sino al predecesor de Sánchez en el gobierno de España, Rajoy, con quien él pactó el 155.
¿La fractura social es consecuencia de la falta de estrategia del anterior gobierno? ¿No puso nada de su parte Puigdemont, y su gobierno, para producir esa fractura social? ¿Esquerra Republicana no estaba alimentando esa fractura cada vez que ignoraba los derechos de la oposición en el Parlamento Autonómico? ¿En serio, presidente?
El afán por desinflamar, que dice la ministra Batet, distender, que dice Iglesias, desescalar, que dice Colau, el afán por el apaciguamiento no significa tener que borrar de ka memoria todo aquello que el rodillo independentista hizo en Cataluña en septiembre y octubre ni todo aquello que el PSOE, sacando la cara por la legalidad y por sus alcaldes, dijo en aquellos días.
Miren lo que hacía, por ejemplo, Esquerra Republicana. El gobierno de Esquerra y el PDeCAT. Ordenar a los mossos de esquadra que identificaran a los asistentes que encabezaron la manifestación de Sociedad Civil Catalana de marzo del año 17. Saber quiénes son y qué profesiones tienen los asistentes. No sólo quienes llevan la pancarta, también una señora que conducía un camión y a la que se investigó para saber su ocupación y su lugar de trabajo. Esta información que revela El Periódico y que tiene su origen en los papeles de la incineradora, aquella documentación que la jefatura de la policía autonómica ordenó destruir en octubre: informes confidenciales, reservados, que se salvaron de la quema por la actuación de la policía nacional y que, pese a estar rotos en pedazos, han podido ser reconstruidos. Los mossos investigando a los manifestantes contra la independencia por el hecho de serlo, contarios al procés.
Ésta fue una de las manifestaciones que tanto irritaron a gentes como Rufián. Ayer le recriminó al PSC, otra vez, que se manifestara junto al PP y Ciudadanos, pecado mortal. Y le recriminó también al PSC que se haya aliado con el PP y Ciudadanos para hacerse con la alcaldía de Badalona. Miren cómo cambian las cosas para Rufián: si Sánchez se alía con él para echar al PP del gobierno (echar, como le gusta decir a él), es democracia; pero si el PSC se alía con Albiol para echar a En Común de la alcaldía de Badalona, entonces es robar.
Que hable usted menos con el PSC y más con nosotros. ¿Robar la alcaldía a Dolors Sabater? Les recuerdo los resultados de las elecciones municipales en Badalona: PP, 10 concejales; En Comun, 5; PSC, 4; Esquerra, 3. Está gobernando el PSC con el apoyo de PP y C’s. O sea, quince concejales frente a los 12 que tiene la amalgama soberanista. A esto Rufián le llama robar. El repartidor de certificados de democracia.