Enriqueta nos llama desde Barcelona para contar que una vez estaba esperando con su hijo de tres años en un semáforo y se paró al lado una mujer embarazada. Recuerda que él le preguntó "¿por qué está esa señora tan gorda?", y que cuando ella le respondió que porque "tiene un bebé en la barriga" el niño la miró y gritó sorprendido: "¿Que se ha comido un bebé?"
Toñi, de San Sebastián, nos dice que en una ocasión que iba al parque con los niños, le entraron ganas de ir al baño. "Le dije a mi hija en voz baja que tenía que ir al baño", cuenta. Pero la niña no se contentó con la respuesta de la madre y preguntó, en voz muy alta y "junto a una parada de autobús llena de gente conocida": "¿Mamá, vas tan rápido porque te estás cagando?".
Nos vamos a Sevilla, desde donde nos llama Manuel para hablar de la vez en que subía con su hija en ascensor acompañado de unas monjas. "Ella no paraba de preguntarles cosas, porque era muy extrovertida", cuenta, y destaca que en un momento determinado la niña le señaló sus partes y les dijo a las hermanas "aquí tiene mi papá una colita más grande que la de mi primo". Asegura que no contenta con decirlo una vez, ella no paraba de insistir y repetirlo.
Y María de Cantabria rememora cuando fue con su hija y su nieta a un parque temático en Santillana del Mar. Al preguntarles en la taquilla la edad de la pequeña, ellas dijeron que tenía 3 años "para que fuera mas barato". Como era mentira, la niña se puso en la ventanilla y dijo "a ver si os aclaráis los adultos que yo tengo 4 años y ya voy a la escuela".