Madrid | 15.03.2021 07:42
Parece que sí, que "transfuguismo" será la palabra más usada los próximos días. Valga como ejemplo que ayer, en la tertulia del programa de Cristina Pardo, el defensor del PSOE anunció que en algunos pueblos concejales de Ciudadanos se pasaban a su partido, mientras que las noticias hablaban de un trasvase al Partido Popular.
A mí lo que me duele es que el tránsfuga empiece a ser presentado como un héroe para socialistas si se pasa al PSOE y un héroe para populares si se pasa al PP. Ante ello digo que, si el tránsfuga tiene cargo público, se pasa al partido contrario y decide con ello un cambio de mayoría, dejémonos de palabras suaves: es un traidor que viola el contrato que firmó con su electorado. Lo menos que puede hacer es esperar al final de la legislatura o, si ha cambiado de idea política, dimitir. De lo contrario está cometiendo un fraude, sea en Murcia, en Madrid o en mi Mosteiro de Lugo.
Si el tránsfuga es un señor llamado Fran Hervías que tuvo un alto puesto en el Ciudadanos de Rivera, lo menos que se puede hacer es no solo resaltar el daño que hace a su partido y a sus compañeros de siempre, sino atribuirle las responsabilidades que tuvo como secretario de Organización en la primera debacle, que fue pasar de 47 a 10 escaños. Y hay, por último, los que se dejan arrastrar por el miedo, intuyen que el barco se puede hundir, saben nadar y en cuestión de minutos aparecen sacudiéndose el agua en otro barco o en tierra firme. Esos, en lenguaje marinero, son ratas. Y en lenguaje político, también.