Madrid | 09.04.2021 07:38
Como dirían en mi pueblo de Lugo, mal no le viene. Hasta ahora, la oposición a Ayuso, que es nada menos que el gobierno de la nación y toda su artillería de cargos y retaguardia mediática, la acusaba con dos argumentos: usted no tiene competencias para salir el mercado a comprar vacunas, y menos a Rusia, y usted no puede romper la disciplina y la unidad de acción de la Unión Europea.
La primera alegación, la de competencias, la rompió Baviera, que es como una comunidad autónoma, pero en federal. La segunda, la de la disciplina europea, la acaba de romper con estrépito la Alemania de Merkel, harta de tantos retrasos e incumplimientos de las farmacéuticas occidentales. La iniciativa de Díaz Ayuso ha sido de una gran osadía y de una gran provocación a todo el mundo, al gobierno de España y a la Comisión Europea.
Puesta en palabras de Juanma Moreno, presidente de Andalucía, sonaría así: “creo mucho en Europa, pero si Europa falla, tendré que salir a los mercados”. Y añadamos un pequeñísimo toque electoral: “si Europa y Moncloa no garantizan la salud ni la vacunación de mis ciudadanos, aquí estoy yo para salvarlos”. Y a hacer puñetas las competencias autonómicas. La señora Ayuso está teniendo la suerte de las campeonas. Juega fuerte y gana. Pero, para decirlo todo, querido Alsina, ayer la señora Merkel no es que haya roto la unidad europea, que ya era más imaginaria que real. Es que dejó al descubierto su exasperante lentitud y su inquietante debilidad.