Uno que hubiera fallado sería un fracaso. Todos convalidados es un pleno.Y entre los apoyos, el de Bildu, que le hizo hablar a Pablo Casado de indignidad.
Mi posición: si con Bildu se negoció y se le hicieron concesiones a cambio de su voto, sería, efectivamente, una indignidad. Si Bildu regaló su voto porque le convenía y porque quiere pasar como partido que decide en Madrid y quiere llegar a las urnas con esa vitola, no veo cómo el PSOE y Sánchez lo podrían rechazar. Se tapan la nariz y van a lo sustantivo, que es sacar adelante sus medidas.
Quien se tiene que preocupar es el PNV, al que Bildu intenta sustituir como interlocutor. Sánchez puede sacar pecho de otros valores. Por ejemplo, que ahí está, gobernando, Manual de Resistencia, populismo de gobierno y ganando votaciones. Y todo, como siempre: con una miseria de diputados.
O también, que a fecha de hoy y para asuntos concretos sigue manteniendo la mayoría que le llevó al poder, a pesar de la contienda electoral. Los de Bildu son indeseables como socios, como amigos e incluso como apoyos puntuales. Pero están ahí y tienen voto. Y para casos así, la sabiduría popular tiene un refrán: a caballo regalado no le mires el diente. Y si yo fuese Sánchez, añadiría: mira solamente si te lleva a donde quieres llegar. Y Bildu lo llevó.