Monólogo de Alsina: "La larga vendimia de Sánchez"
Carlos Alsina reflexiona en su monólogo sobre el argumentario del PSOE para justificar la amnistía a los líderes independentistas "por el bien del país", el precio que Sánchez está dispuesto a pagar para perpetuarse en La Moncloa.
Madrid | 05.10.2023 08:42
A sólo siete años ya de que España organice su segundo mundial de fútbol. Qué nervios. Siete años se pasan en un suspiro. Hay chavales que hoy están jugando en alevines, o en infantiles, y que podrían ser -quién sabe- las estrellas de ese mundial.
Quién sabe si será alguno de los juveniles del Atlético Tomelloso. Esta ciudad que hoy nos acoge y que a su fértil historia de viñedos y bodegas une una reconocida afición al fútbol. De hecho, hemos elegido Tomelloso para celebrar aquí esta mañana la designación de España como sede del mundial. En la confianza de que, si empezamos ya a hacer campaña, le corresponde al estadio Paco Gálvez acoger los partidos de la selección española. El fútbol tomellosero lo merece, presidente.
Un mundial de coalición, de cogobernanza, que habría dicho Sánchez
Presidente de la Federación Española de Fútbol, que, sobre el papel, es quien organizará el torneo. Bueno, sí, ya que esto al final lo organizan los gobiernos. Por eso digo que va a ser un mundial de coalición. De cogobernanza, que habría dicho Sánchez cuando aún tenía en cuenta a todas las comunidades autónomas, y no sólo a dos. Ya se ve el presidente, aunque no lo diga, siendo él quien le pegue la patada inaugural al balón dentro de siete años.
¿A dónde va Pedro? A la perpetuación pasando por Waterloo. O sea, pasando por caja. Por el bien del país
Si es que además ya lo tiene dicho, que su proyecto era hasta 2030. La gente se reía: dónde vas, Pedro, dónde vas. ¿Qué dónde va? A la perpetuación pasando por Waterloo. Perdón, por la generosidad. Hoy, de momento, se va a plantar en Granada para recibir a sus colegas europeos (y seguramente a Zelenski) como anfitrión de la cumbre, presidente de turno de la Unión, organizador de un mundial y candidato del rey a la investidura. Qué más puede pedir. Y sin haber pronunciado aún la palabra amnistía. A la perpetuación pasando por Waterloo. O sea, pasando por caja. Por el bien del país.
A la perpetuación pasando por Waterloo
En Tomelloso también se percibe ese clamor social en favor de la amnistía y de reconocer a Puigdemont como español del año. El gobierno, sensible como nadie a la diversidad y la pluralidad del país, ha detectado que eso es por lo que suspiraban los electores cuando fueron a las urnas el 23 de julio. Por abrir una nueva etapa en sus vidas decretando la indulgencia plenaria para el de Waterloo sin necesidad de que confiese antes sus pecados. Totus tuus, Carles, totus tuus.
Yolanda Díaz, que escucha como nadie a la sociedad y se hace portavoz de sus inquietudes -aunque luego sólo el 12% de los ciudadanos- vendrá, seguro, a Tomelloso a reunirse con los sindicatos, y los empresarios, y la cooperativa Virgen de las Viñas, para comprobar que la sociedad civil ansía que se apruebe la amnistía ya. Bueno, igual hay algún vecino rencoroso, vengativo, qué te digo yo, catalanófobo que está en contra de que Puigdemont se vaya de rositas, porque Tomelloso también es diverso y plural. Y como diría Sánchez, no se puede aspirar a presidir el gobierno de España si uno no entiende cómo es Tomelloso. Donde en las elecciones autonómicas el PP le ganó por los pelos al PSOE, cuatrocientos votos, pero en las generales le sacó tres mil. A ver si en Tomelloso van a ser más de Page que de Pedro. Y sobre todo, a ver si van a ser del PP.
Decretando la indulgencia plenaria para el de Waterloo sin necesidad de que confiese antes sus pecados. Totus tuus, Carles, totus tuus
Ah, que no lo he dicho. Que Onda Cero celebra esta semana la Quinta Fiesta de la Vendimia con la emisión de sus programas en cadena desde La Mancha. En comunión con la Denominación de Origen y para hacer examen de cómo ha ido este año la cosecha. Año raro en lo meteorológico, seco casi todo el tiempo y, a ratos, con diluvio y torrenteras. Y lo peor es que cada vez es menos raro que el tiempo castigue los viñedos de esa manera. Pero como diría Raúl del Pozo, aquí estamos para celebrar el vino de La Mancha. Y para observar, desde aquí, como les va a nuestros próceres nacionales. Sánchez preparando la cosecha (su vendimia) y Feijóo haciéndose de Samaniego: lo de las uvas están verdes y por eso soy yo quien renuncia a comérselas. No soy presidente porque no quiero.
Sánchez ha nombrado a un regimiento para su investidura
Sánchez no ha nombrado un equipo negociador para su investidura, ha nombrado un regimiento. Ayer anunció los nombres de los convocados y son casi un equipo de fútbol. Que si Bolaños, que si Cerdán, que si Puente, que si Montero, que si Illa, que si Besteiro, que si Hana Jalloul.
Uno se duele por todas estas personas. Porque a sus agotadoras jornadas laborales como ministros o diputados van a tener que añadir las horas extra de reuniones y llamadas para hacer números y cerrar acuerdos con la constelación de socios (perdón, aliados puntuales). Uno imagina a la ministra Montero, por ejemplo, sacrificando sus horas libres para calcular a cuánto asciende la deuda histórica del Estado con Cataluña. O a Bolaños, dedicando los fines de semana a imaginar formas de convencer a Yolanda de que invista a Sánchez, Yolanda-hueso-duro, hay que ver qué negociación más compleja. Ayer se vieron ella y Sánchez y calculan que van a necesitar un mes para resolver sus diferencias. ¡Un mes! Y decían que Feijoo nos hacía perder el tiempo.
Puigdemont se hace un Iglesias en Galapagar y pregunta a sus bases
La investidura ya no será en octubre, que lo sepa Francina. Y encima Puigdemont, que debe de tener un sexto sentido porque ya intuía que antes de fin de mes no habría no votación ni nada, encima Puigdemont exhuma su Consejo de la República -que vete tú a saber lo que será a estas alturas- para hacerse un Iglesias en Galapagar y preguntar a sus bases si le compran el chalet. Perdón: si le compran la negociación con Sánchez aunque no haya ley de amnistía aprobada ni compromiso alguno sobre el referéndum.
Puigdemont ha externalizado la negociación para la investidura de presidente de gobierno de España. O mejor, la ha privatizado
Esto del Consejo de la República no pasa de ser una asociación que presume de tener noventa mil socios y que, por supuesto, no se presenta a las elecciones. No es un partido político. Digamos que Puigdemont, rizando el rizo, ha externalizado la negociación para la investidura de presidente de gobierno de España. O mejor, la ha privatizado. La suerte política de Sánchez queda subarrendada a una entidad privada que nadie fiscaliza. Y seguimos para bingo. Esto mejor que no se lo explique hoy el presidente a los líderes europeos.
No habrá investidura hasta noviembre
No habrá debate de investidura, pues, hasta noviembre. No será el día dos, porque es Difuntos. Y podría malinterpretarse. Será, por tanto, después de que todos los partidos soberanistas con los que Sánchez cuenta para ser investido boicoteen a la princesa Leonor saboteándole el acto de promesa de la Constitución en el Congreso. En una muestra innegable del respeto institucional que luego todos reclaman para sí, dime de qué presumes y te diré de lo que careces.
Como no habrá investidura antes de noviembre, los cargos orgánicos del PP tienen un mes más de vida
Y como no habrá investidura antes de noviembre, los cargos orgánicos del PP tienen un mes más de vida. Porque desde ayer todos ellos saben que en cuanto Sánchez sea investido igual caen. Lo admitió Feijóo en este programa: habrá ajustes.
Ellos aún no lo saben, pero están muertos. Igual los ajustes sí los podría anunciar Feijóo el día de Difuntos.