OPINIÓN

Monólogo de Alsina: "Más apariencia que transparencia"

Carlos Alsina reflexiona en su monólogo sobre la negociación para la investidura de Pedro Sánchez, la cual se está basando en la poca transparencia del PSOE respecto a su relación con Puigdemont. ¿Es Puigdemont interlocutor de Sánchez? ¿El borrador de la amnistía pasa por las manos de Gonzalo Boye?

Carlos Alsina

Madrid | 24.10.2023 08:46

No es lo mismo, no. No es lo mismo un robado que un posado. No es lo mismo hablar que decir. No es lo mismo verse que dejarse ver. Y no es lo mismo la transparencia que la apariencia. A menudo quienes más presumen de lo primero, transparencia, más abonados están a lo segundo, la apariencia. Lo que parece y no es.

El Congreso aún no se ha dado por aludido

Hoy se cumplen tres semanas del día en que el rey Felipe propuso al Congreso de los Diputados que debatiera investir como presidente del gobierno a Pedro Sánchez. El Congreso aún no se ha dado por aludido. La presidenta de la Cámara, desparecida en combate, aguarda mansamente la llamada de la Moncloa para fijar una fecha. Hasta que no le digan ya está, ella como si no existiera.

Nunca un gobierno presumió más ante sus gobernados de no saltarse la ley, agradezcámoselo en silencio y sin debatir sobre la amnistía porque al debate ahora se llama ruido

Todo dentro de la Constitución, como no deja de decir cada minuto de cada hora de cada día el gobierno constitucional de España; nunca un gobierno presumió más ante sus gobernados de no saltarse la ley, agradezcámoselo en silencio y sin debatir sobre la amnistía porque al debate ahora se llama ruido; y a preguntar por Puigdemont, hacerle el juego a la derecha.

Los ciudadanos, a callar y a ocuparse de sus cosas mientras el presidente resuelva las suyas que son las nuestras. Porque el bienestar y la prosperidad de España se reduce a una sola condición: que Sánchez siga gobernando con Yo Yolanda (Díaz) de humilde escudera.

Es la hora de Pedro

El PSOE celebró la designación de su líder como candidato a la investidura con una frase de spot regulero: ‘Es la hora de Pedro’. Por fin el presidente en funciones, naufragado Feijóo, podía hablar con claridad a los españoles, exponerles su hoja de ruta para exprimir la aritmética parlamentaria y obrar el milagro de convertir a Junts per Cataluña en un partido progresista preocupado por el bienestar de los españoles.

‘La hora de Pedro’. Buscaría los votos debajo de las piedras -entiéndase, desenterrando la amnistía que él mismo había enterrado la legislatura precedente- llamando a las cosas por su nombre y sin esconderse. Luego es verdad que siguió resistiéndose a pronunciar la palabra amnistía y que de su negociación con los demás grupos nunca contó, en verdad, ni media.

Obrar el milagro de convertir a Junts per Cataluña en un partido progresista preocupado por el bienestar de los españoles

Muchas fotos, sí. Sánchez con éste, Sánchez con aquel, Sánchez con la señora de Bildu, Sánchez con la delegada de Puigdemont en las Cortes, ¡Sánchez bendiciendo a la comisión negociadora de su partido, que son siete, creo, o nueve, o noventa y siete! Sánchez con Yolanda (Yolanda que no falte, hicieron la campaña de la mano, como si fueran uno solo, y ahora resulta que han necesitado un mes para armar un programa de gobierno, vaya por dios, que chocaban en la reducción de la jornada, en cuatro años no tuvieron tiempo para darle juntos una vuelta; y al cabo de una negociación durísima, han obrado el milagro de alcanzar un pacto; qué hito; ¿alguien dudaba de que lo harían? Incluso si a Pablo Iglesias le insatisface, o precisamente por eso?)

Nunca ha habido transparencia, lo que hay son apariencias

Fotos, maniobras de distracción y filtraciones. Nunca ha habido transparencia. Lo que ha habido, y sigue habiendo, son apariencias. Aquí les presentamos a nuestro equipo de negociadores, pero no les pregunten qué andan negociando porque eso no se cuenta.

¿Amnistía, dice usted? Bueno, depende. Hay muchos tipos de amnistía, tres por lo menos, o cuatro, o treinta y cuatro, todas constitucionales. ¿Relator? Ah, el relator, ¿nacional o extranjero?, porque una cosa es relatar en español (y las lenguas cooficiales) y otra relatar siendo de fuera. ¿Entonces? Pues depende.

¿Y referéndum? No, no, referéndum no. Eso seguro que no. ¿Y consulta? Ah, hay muchos tipos de consultas, tres por lo menos, o cuatro, o treinta y cuatro, Yolanda se las ha estudiado todas: está la consulta del médico, la consulta a los expertos en la tele, la consulta participativa (que decía Artur Mas), la consulta no vinculante. ¿Entonces? Pues eso, depende. Y aún lo llaman transparencia.

Preguntas que el PSOE tiene sin responder

Tres semanas después de que el rey propusiera a Sánchez hay dos preguntas, al menos dos, que el PSOE aún tiene sin responder.

· La primera, si están hablando con Puigdemont. Dirá usted: hombre, pues claro, con quién van a hablar sino con él, que es quien tiene siete peones. Ya, pero ocurre que oficialmente el PSOE no ha dicho aún que Puigdemont sea su interlocutor. Sánchez se vio con la señora Nogueras. Santos Cerdán viajó a Francia a reunirse no se sabe con quién (más transparencia).

¿Puigdemont es interlocutor de Sánchez? El país merece saberlo

¿Puigdemont es interlocutor? El fugado procesado en rebeldía que sería detenido de inmediato si pusiera un pie en España, ¿es interlocutor del secretario general del PSOE-y-presidente del gobierno? El país merece saberlo. Tiene derecho a saberlo. A Yolanda Díaz le llovieron piedras por hacer visible que en efecto, para ella, sí que lo es. Rezongaron los ministros del PSOE: esta Yolanda, cuánto afán de protagonismo. Cierto, pero ella no se esconde. Si la investidura de Sánchez se negocia con Yolanda, con Junqueras, con Puigdemont, con Ortúzar y con Otegi, ¿por qué sólo tenemos foto de él con ella? Los demás qué son, ¿invisibles?

· La segunda pregunta es aún más fácil: ¿están redactando la futura ley de amnistía con Gonzalo Boye? Esta información que publicaron ayer dos diarios, El Español y La Razón, según la cual hay cruce de propuestas y contrapropuestas entre el Partido Socialista y el abogado de Puigdemont, ¿la confirma el PSOE o la desmiente?

Entiéndame, concederle a Puigdemont una amnistía porque sin sus siete peones no hay mayoría que sostenga a Sánchez ya es cuestionable, pero negociar los términos de esa ley con el abogado del principal beneficiado roza el choteo. Bueno, no lo roza, lo supera. Que el abogado cumpliera en su día condena por colaborar en el secuestro de Emiliano Revilla (otra autoridad en secuestros, como Otegi) o que esté pendiente de juicio por blanqueo de capitales con Sito Miñanco ya sorprende poco (a ese punto hemos llegado) pero que sea él quien tenga que dar el visto bueno a la futura ley de amnistía es para nota.

Responda el PSOE a la pregunta: ¿el borrador de la amnistía pasa por las manos de Gonzalo Boye?

Dirá usted: esto ya lo hemos vivido; se negoció la derogación de la sedición con los beneficiados de esa derogación; se negoció el abaratamiento de la corrupción con los beneficiados de ese abaratamiento; se negociaron los indultos con los indultados (tú haz una carta abierta, Oriol, en la que parezca que renuncias a la unilateralidad y así será más digerible todo). Pues es verdad. No debería ya sorprender que se negocien las leyes con los condenados o procesados a los que convienen las reformas legales. Pero si tan natural se ha vuelto, responda el PSOE a la pregunta: ¿el borrador de la amnistía pasa por las manos de Gonzalo Boye?

Tres semanas después, ‘es la hora de Pedro’. La hora de que se digne a aparcar ya las apariencias y actuar, de verdad, con transparencia.