OPINIÓN

Monólogo de Alsina: "Truco o trato"

Carlos Alsina reflexiona en su monólogo sobre la decisión de Pedro Sánchez de suspender su agenda para reflexionar sobre su posible dimisión después de las últimas informaciones relacionadas con su mujer, Begoña Gómez.

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Carlos Alsina

Madrid |

En Halloween los niños estadounidenses van llamando a las puertas y preguntando ‘treat or trick?’ Aquí lo traducimos como ‘truco o trato’.

Se podrán decir muchas cosas de Pedro Sánchez Pérez-Castejón, pero aptitud para descolocar al personal y salir por donde nadie esperaba no habrá español -ni tertuliano- que se la discuta.

Sánchez se presenta como víctima de una conjura de la derecha política

Al cabo de un silencio prolongado y atronador respecto de las noticias (variadas) que han aparecido sobre su esposa en los últimos meses -su relación con Javier Hidalgo, Globalia, con Víctor de Aldama, perejil en todas las salsas, las cartas de recomendación a la consultora de Barrabés- al cabo de dos meses de no decir ni media palabra, una carta de cuatro folios dirigida a usted, ciudadano de España. Por Twitter.

No para informarle de decisión alguna sino para compartir con usted las tribulaciones en las que anda el presidente y el afán de contar con su empatía. Siempre que sea usted, se entiende, un ciudadano demócrata y progresista, no uno de esos derechistas o ultraderechistas que consume bulos y tiene como salmo responsorial el ‘que te vote, txapote’.

Al cabo de dos meses de no decir ni media palabra, una carta de cuatro folios dirigida a usted, ciudadano de España. Por Twitter

En resumen, Sánchez se presenta -y presenta a su esposa- como víctima de una conjura de la derecha política, la galaxia digital ultraderechista y la organización Manos Limpias, que es quien ha presentado la denuncia; se declara escandalizado por el fango que esparcen sus adversarios; se declara enamorado de Begoña y remite al destinatario de su carta, que es usted, al próximo lunes. Que es cuando -el país en vilo- comunicará el resultado de sus reflexiones conyugales.

El giro de guión es notable, aunque podría ser que llegado el lunes todo quedara en lo de Joe Rigoli -perdón por la referencia viejuna: ‘Yo sigo’-.

La carta de Pedro a los españoles desconcertó incluso a sanchosfera

Discurría la tarde de ayer los cauces informativos y políticos previstos -estaba Salvador Illa examinándose en el Senado por lo de Koldo, y saliendo airoso, por cierto- cuando la carta de Pedro a los españoles desconcertó incluso a sanchosfera.

Por la mañana, lo escuchamos aquí en directo, habían sucedido estas dos cosas. Primera, que El Confidencial (diario digital que Sánchez ubica en la galaxia derechista y ultraderechista, lo cual da la medida de su empeño en dividir el mundo en amigos y enemigos de su causa) informó de que un juez de apellido Peinado -Plaza de Castilla- había abierto diligencias sobre la relación de Begoña Gómez con empresas que han sido objeto de decisiones gubernamentales. Posible tráfico de influencias, decía este periódico.

Segunda, que en la sesión parlamentaria Rufián le preguntó al presidente por la justicia española y Sánchez respondió con un ‘a pesar de todo’.

Nada ha generado mayor irritación en la Moncloa que las informaciones sobre Begoña Gómez

¿A qué se refiere con ‘a pesar de todo’?, nos preguntamos de inmediato. ¿Será a lo del juez Peinado abriendo diligencias sobre Begoña? Bingo, era eso. No es un secreto, desde hace dos meses, que nada ha generado mayor irritación en la Moncloa que las informaciones en las que aparece mencionada la esposa. Bien lo saben en El Confidencial, que fue quien abrió camino. Bien lo saben quienes se hicieron eco (o nos hicimos) de sus informaciones, ignoradas durante días por otros medios.

La oposición ha querido interpretar que la extrema sensibilidad, o irascibilidad, del presidente con las noticias de su esposa se deben a que algo hay, a que ve en ello una amenaza seria. Es una interpretación interesada, obviamente.

La oposición ha querido interpretar que la extrema sensibilidad, o irascibilidad, del presidente con las noticias de su esposa se deben a que algo hay

La otra interpretación posible es la que da el presidente en su insólita carta: que sabiendo de la limpieza absoluta de la actividad de su esposa y la suya propia, le afecta verla de sospechosa en los papeles no porque tema que salga a la luz nada comprometedor, sino por el mero elemento personal o emocional. Que es con su esposa con quien ha de reflexionar sobre la situación vital de ambos. ‘No me causa rubor decirlo’, escribe Sánchez, ‘soy un hombre profundamente enamorado’.

Es posible que sea en la intimidad doméstica donde haya ido madurando esta situación inédita. Que estemos ante una crisis vital más que política. Pero ocurre que Sánchez es el presidente del gobierno. Por eso es hoy noticia en la prensa internacional, porque el jefe de gobierno de un país europeo suspende sus funciones al abrirse una investigación judicial por presunta corrupción que afecta (la investigación) a su esposa.

¡Aguanta, Pedro, aguanta; eres el dique contra la derecha del fango!

Que a raíz de una carta como ésta iba a producirse una cascada de tuits de ministros y dirigentes socialistas dando la razón al líder y animándole a aguantar, ¡aguanta, Pedro, aguanta; eres el dique contra la derecha del fango! era, naturalmente, previsible.

Ahí está Patxi López evocando el 36 con su ‘No pasarán’, ay Patxi. Amigos o enemigos. A favor o en contra. Sánchez sí, Sánchez no. La España partida en dos. El plebiscito sobre la persona.

Amigos o enemigos. A favor o en contra. Sánchez sí, Sánchez no. La España partida en dos. El plebiscito sobre la persona

La cuestión que hoy sobrevuela todos los análisis es si es esto, las adhesiones inquebrantables rogándole que permanezca, lo que busca el presidente con su carta-desahogo o es otra cosa. ¿Adhesiones inquebrantables o posibilidad real de que abandone porque está por aflorar algo que aún no se conoce? Ésta, y no otra, es la pregunta que en la tarde de ayer se hacían directores de diarios, comentaristas y dirigentes políticos de todos los colores.

Convertir lo de su esposa en un plebiscito popular sobre su permanencia

¿Se está adelantando Sánchez a revelaciones que podrían tumbarle o es la táctica de Galapagar, digamos, convertir lo de su esposa en un plebiscito popular sobre su permanencia? Se ha interpretado que está amagando con dimitir. Lo que pasa es que él mismo dice que seguirá trabajando. No dejará de trabajar para impedir que la derecha gobierne, y lo que va a decidir es qué camino toma.

Es Sánchez, el de los cambios de guion, el efecto sorpresa y los giros inesperados

Tanto la forma de comunicar sus tribulaciones como la conclusión a que llega son inauditas. Pudiendo convocar a la prensa para hacer una declaración elige cartearse por twitter con España. Inusual, como el propio presidente expone.

Pudiendo decir ‘estoy reflexionando’ anuncia que aparca todas sus obligaciones para reflexionar cuatro días con su esposa. Cuatro exactamente porque empieza hoy y termina el domingo. Reflexión con tiempo tasado por decisión del que reflexiona. Lo habitual es que uno diga ‘voy a reflexionar’, no ‘voy a reflexionar justo hasta el domingo’. Y entretanto, no gobierno.

Lo nunca visto, más que la crítica más o menos agria a un gobernante, es un presidente que no está seguro de querer seguir siéndolo. Pero es Sánchez, el de los cambios de guion, el efecto sorpresa y los giros inesperados.

¿Hay algo sucio o es un truco? ¿Se va o se queda? Cuidado, es Sánchez. Ninguna de las hipótesis que manejemos será, probablemente, la buena

¿Hay algo que no sabemos o es un juego de manos? Alguien me preguntaba anoche: ¿es que le han pillado en algo o es que está calculando?

Podría haber ocurrido que su única línea roja verdadera era Begoña

En Halloween los niños estadounidenses van por las casas preguntando 'treat or trick'. Los análisis que hoy se publican sobre Sánchez tienen algo de 'shit or trick'. ¿Hay algo sucio o es un truco? ¿Se va o se queda? Cuidado, es Sánchez. Ninguna de las hipótesis que manejemos será, probablemente, la buena.

Podría haber ocurrido que el líder que ha hecho del cálculo y los cambios de opinión sus señas de identidad política hubiera descubierto, al final, que su única línea roja verdadera era Begoña.