Monólogo de Alsina: "Le toca a Ábalos"
Carlos Alsina reflexiona en su monólogo sobre la declaración esta mañana del exministro José Luis Ábalos ante el Supremo como investigado en el caso Koldo, donde podría haber tenido un papel principal en la trama de corrupción.
🔴 El vía crucis judicial para el Gobierno empieza con la declaración de Ábalos en el Supremo por el caso Koldo
Madrid |
Llegó el día. Llegó el día por el que lleva diez meses suspirando. Lo tiene dicho él mismo. Lo viene diciendo desde hace diez meses, cuando la policía detuvo a su discípulo más amado, el apóstol Koldo, y cuando su partido le negó tres veces (o más).
Hoy Ábalos tiene, por fin, la palabra en sede judicial
Fue en febrero -estamos en diciembre- cuando empezamos a saber todos de las andanzas de un tal Koldo, de un tal Víctor de Aldama, de una empresa llamada Soluciones de Gestión y de la corrupción, presunta, en la compra de mascarillas durante la pandemia. Fue en febrero cuando el PSOE repudió a José Luis Ábalos -con lo que tú fuiste en el partido, José Luis, piedra angular sobre la que San Pedro edificó el sanchismo- y cuando el ex ministro se agarró al escaño, que es tanto como decir al fuero, y acabó desterrado al grupo mixto. En el mixto, pero aforado, que por eso el juez ante el que ha de responder es del Tribunal Supremo.
Fue en febrero cuando el PSOE repudió a José Luis Ábalos; con lo que tú fuiste en el partido, José Luis, piedra angular sobre la que San Pedro edificó el sanchismo
Llegó el día. Hoy José Luis Ábalos Meco, sanchista de primera hora, capataz en Ferraz por delegación del líder supremo y ministro con el mayor presupuesto inversor de las administración pública española, tiene, por fin, la palabra en sede judicial. Lo que él quería. Poder comparecer ante el juez, una vez informado de lo que contra él hay en la causa, para dar su versión de los hechos.
Desmentir las imputaciones que le hace Aldama
Bueno, no sólo la versión. Para desmentir las imputaciones que le hace Aldama -en resumen, ser un corrupto; en versión extendida, amañar licitaciones, dejarse comprar, firmar un contrato falso de alquiler para camuflar una mordida bi-millonaria, dejarse agasajar con el disfrute estival de un chalé en Cádiz y el disfrute que de un apartamento de gama alta hacía su novia Jéssica-.
Ábalos se ha empapado, eso dice, de los cientos de documentos que forman parte de la causa. Dos, sobre todo. El informe de la UCO que fue decisivo para que el juez de la Audiencia Nacional elevara el asunto al Supremo -la UCO le atribuye un papel relevante en la trama- y los papeles aportados por Aldama en su reciente estrategia de colaborar con la fiscalía concretando qué favores dispensó el ministro a los clientes que, a su vez, le entregaban a Aldama el dinero para mantener engrasada la maquinaria, presuntamente.
Todo imputado tiene derecho a defenderse y a que se le permita explicarse con el grado de detalle que él considere necesario
Lo de hoy será más ordenado que esto de ayer. Ábalos driblando periodistas que le hacían hasta tres preguntas a la vez.
Lo de hoy será todo más claro y sin límite de tiempo. Todo imputado tiene derecho a defenderse y a que se le permita explicarse con el grado de detalle que él considere necesario.
Para el sanchismo Ábalos está condenado
En función de lo que Ábalos responda, el juez tomará después también sus decisiones. Y la fiscalía -que en esta causa sí se fía de la UCO, no como en la que afecta a su jefe máximo-, y las acusaciones particulares. Para la semana que viene, mismo lugar misma hora, está citado Aldama.
Sólo hay una cosa que Ábalos sabe que no va a suceder: su redención como practicante de la confesión sanchista. Da igual lo que declare. Ha dado igual todo lo que ha venido declarando. Dará igual que la causa siga, o que, en la parte que le afecta a él, quede en nada. Para el sanchismo él está condenado y requete-condenado.
Sólo hay una cosa que Ábalos sabe que no va a suceder: su redención como practicante de la confesión sanchista
A él no salió nadie a defenderle ni siquiera en febrero, cuando su nombre aún no había sido siquiera mencionado por la UCO. De él siempre se ocupó el oficialismo de transmitir no sólo que había hecho la vista gorda con las corrupciones de Koldo -otro al que nadie defendió nunca-, sino que había traicionado la confianza de su mentor, el presidente inmaculado, y aún peor: había desobedecido su orden de que entregara el acta.
No habrá paz para los insumisos. A Ábalos se le trató desde el primer día, y como él mismo dijo, como a un apestado. Hace tiempo que nadie le pregunta si va a tirar de la manta. Hace tiempo que él tiene dicho que no hay manta de la que tirar. Aquí dijo en septiembre que incluso si la causa se le pusiera fea, no entra en sus planes buscar un acuerdo con la fiscalía.
No habrá paz para los insumisos. A Ábalos se le trató desde el primer día como a un apestado
A día de hoy, dos horas antes de comparecer ante el juez, Ábalos se mantiene en esta postura: nada que pactar con la fiscalía porque nada ilícito tiene intención de admitir. Las causas judiciales, en todo caso, son, en esencia, difícilmente previsibles.
También Aldama lo negaba todo hasta que empezó a dejar de negarlo. También Ábalos hablaba de Aldama como un tipo con el que apenas trató alguna vez, presidente del Zamora o algo así, y ahora difícilmente podrá negar que tuvo con él mucho más trato, más temprano y más cotidiano, del que su grado del que en febrero admitía. El de hoy es un capítulo relevante del serial. Pero no es el último. El desenlace aún se hará esperar muchas semanas.
Sánchez siembra la sospecha sobre las actuaciones judiciales
El hombre que aupó a Ábalos a la máxima responsabilidad en el día a día del PSOE, que lo tuvo de ministro plenipotenciario tres años, que lo mantuvo en las listas, es el presidente del gobierno que hoy persevera en sembrar la sospecha sobre las actuaciones judiciales.
En su recepción navideña a periodistas en la Moncloa dejó caer el presidente su convicción de que hay jueces que cooperan en la oposición destructiva que ejerce el PP y facilitan a este partido información privilegiada. No es una acusación cualquiera -prostituir el poder judicial por intereses partidistas- y no la hace un cualquiera -con copa en la mano o sin ella es el presidente del gobierno-. Ministra Alegría, dígale algo.
Dejó caer el presidente su convicción de que hay jueces que cooperan en la oposición destructiva que ejerce el PP y facilitan a este partido información privilegiada
Gracias. ¿Qué pruebas aportó el presidente? Ninguna. Que si Miguel Ángel Rodríguez tuitea. Que si Feijóo le augura un calvario. Nada nuevo bajo el sol.
Éste es el presidente que mientras presume de respetar la independencia judicial ha dedicado tres años a neutralizar la sentencia del Supremo sobre el procés. Es el presidente que ha empleado a la abogacía del Estado para querellarse contra un juez por no dejarle declarar por escrito. Es el presidente que acusó al Tribunal Constitucional -antes de Pumpido- de formar parte de un complot derechista para amordazar al Parlamento, nada menos. Dichoso sea el respeto escrupuloso que el presidente muestra siempre por las demás instituciones, lástima que hoy sea día 12 y no 28 de diciembre.
El gobierno navideño está confiado en que habrá Presupuestos
Se mostró el gobierno navideño confiado en que habrá Presupuestos. Tarde, claro, para febrero como pronto -debía haberlos presentado en septiembre, pero ya se sabe que incumplir obligaciones está a la orden del día-. Confiado pero viendo que vienen curvas. No sólo por Junts, que hace manitas con Feijóo mientras somete a Sánchez a la turra semanal de la señora Nogueras, siempre contenida y excelsa en su elegantísima retórica.
Vienen curvas porque el bloque de la investidura va camino de ser un todos contra todos
No sólo por Junts, que exige a los demás que muevan el culo mientras tiene el suyo escocido por la soberana derrota que encajó en las elecciones autonómicas, salve, Illa. Vienen curvas porque el bloque de la investidura va camino de ser un todos contra todos. Y porque en Podemos están echando cuentas y les sale que si Sánchez se perpetúa se merienda todo lo que está a su izquierda.
Si Sánchez se perpetúa se merienda todo lo que está a su izquierda
Ay, que la izquierda verdadera somos nosotros, Pedro. Ensayando ya el argumentario: dejar caer los Presupuestos ya no es hacerle el juego a la derecha y la extrema derecha, es defender las esencias de la izquierda, acabáramos. El único problema es que Belarra dice esto tan discutible de que la gente votó en 2023 políticas de izquierdas y, de inmediato, se desmiente a sí misma. La mayoría que invistió a Sánchez no parece que fuera muy de izquierdas, o no del todo.
si el PNV y Junts son cachorritos de la gran empresa, entiéndase, muy de derechas, entonces lo que votó la gente en 2023 fueron políticas de derechas, ¿no?
A ver, a ver: si el PNV y Junts son cachorritos de la gran empresa, entiéndase, muy de derechas, entonces, diputada Belarra, lo que votó la gente en 2023 fueron políticas de derechas, ¿no? PP, Vox, Junts, el PNV. ¿Ciento ochenta y tres diputados? Si te lo está recordando Rufián todas las semanas.
Junts es de derechas
Este Junts tan de derechas al que los grupos progresistas deben que haya en España un presidente de izquierdas es el mismo Junts al que Esquerra le debe haber tenido de presidente de la Generalitat a Pere Aragonés. Si no de qué, Gabriel.
Cada vez que Puigdemont ha hecho presidente a un dirigente de izquierdas no es porque se haya vuelto progresista, es porque ha antepuesto otros intereses
Cada vez que Puigdemont ha hecho presidente a un dirigente de izquierdas no es porque se haya vuelto progresista, es porque ha antepuesto otros intereses: el frente independentista en Cataluña y conseguir que lo amnistiaran en el Congreso. A Pere Aragonés le venía bien, y lo aceptó; a Pedro Sánchez le venía bien y lo aceptó también. El primero terminó como terminó y el segundo hace cuanto está en su mano para no terminar con él.