Monólogo de Alsina: "La cumbre pasa, la inflación permanece"
Carlos Alsina reflexiona en su monólogo sobre la constante inflación que alcanzó en junio el 10,2% y la incapacidad del Gobierno para acertar en sus cálculos económicos.
Madrid | 30.06.2022 08:33
La cumbre pasa, la inflación permanece. Los líderes mundiales se van, la inflación se queda. La cumbre se acaba. La inflación va a acabar con nosotros.
Uno entiende que la ministra de Hacienda habría preferido que ayer la prensa sólo hablara de la cumbre. Ayer, hoy y siempre, ministra Montero. ¡Cumbre, sólo cumbre!
De lo único que hay que informar es de la cumbre
Parece que diga la celebración de la Cope, pero no, es la cumbre. ¡Cumbre, cumbre, sólo cumbre! Le preguntan por el 10,2% de inflación y sale con esto. Claro que a la otra ministra Montero, Irene, le preguntaron por la actitud sumisa con que acató su silenciamiento en la rueda de prensa del martes en la Moncloa y yo diría que se choteó de las periodistas que le preguntaban.
Y aquí se la estoy dando. Es mentira, pero qué más da. Si de lo único que hoy hay que informar es de la cumbre. Y fíjese que la ministra de Hacienda no dice que la noticia sea la celebración de la cumbre, sino ¡el éxito de esa celebración!
Otra cosa no, pero el Gobierno se ha especializado en jalearse todos los días a sí mismo. Por lo bien que organiza, lo bien que diagnostica, lo bien que se anticipa...
El éxito del Gobierno que la ha organizado. Porque otra cosa no, pero el Gobierno se ha especializado en jalearse todos los días a sí mismo. Por lo bien que organiza, lo bien que diagnostica, lo bien que se anticipa, lo bien que elige sus medidas y lo pasmosamente bien que, en resumen, gobierna. Cada minuto de cada hora de cada día echándose flores.
Gracias al Gobierno la inflación está en el 10
Ahí está la vicepresidenta Calviño, suplente de Sánchez en la sesión de control a la oposición, admitiendo que un 10% de inflación no es un buena cosa --- va a ser que no---, pero añadiendo que gracias al Gobierno está en el diez en lugar del trece.
No es la pasividad lo que castiga la credibilidad del Gobierno
Casi cuatro puntos de inflación menos gracias a las medidas del Gobierno… según el cálculo del Gobierno. Aquí es donde está la principal avería que arrastra este gabinete. Que sus cálculos nunca se cumplen. Son fallidos.
Al Gobierno no se le puede reprochar que no haya tomado medidas. Sí que lo ha hecho. Descuentos, subvenciones, créditos, herramientas de emergencia para apuntalar economías domésticas y aliviar a automovilistas y personas con menos ingresos.
Aquí es donde está la principal avería que arrastra este gabinete. Que sus cálculos nunca se cumplen. Son fallidos
Sí que lo ha hecho: arrancarle a la Unión Europea el permiso para fijar los precios de la electricidad con un sistema propio, la excepción ibérica. Fue presentado como el hito fundamental, una conquista, que iba a permitir por fin embridar al megavatio hora. Y conquista fue, o ha sido. Pero hoy el megavatio sigue rondando los doscientos euros, no los 120-130 que calculó en este programa la vicepresidenta Ribera.
No es la pasividad lo que está castigando la credibilidad del Gobierno. Es el hecho de que nunca suceda lo que dice que sucederá. Y que acabe ocurriendo lo que decía que no sucedería.
No hace falta regodearse en aquellas afirmaciones tan categóricas del otoño pasado cuando se desmentía cualquier posibilidad de que la inflación no fuera ni pasajera ni inocua. O en las afirmaciones categóricas de marzo, cuando sostenía que a España le afectaría menos que a los demás países la guerra en Ucrania.
O en las de abril, descartando que el Banco Central Europeo emprendiera una subida de los tipos de interés para enfriar la economía como terapia de choque para atajar la inflación.
El siguiente cálculo en caer será éste que aún dice que, pese a todo, nuestro crecimiento económico es tan robusto que somos la envidia de la Unión Europea.
Última cena de la OTAN en el Museo del Prado
La cumbre de la OTAN termina esta mañana, con los gobernantes habiendo rematado ya esto que se de en llamar el concepto estratégico y habiendo disfrutado anoche de su última cena madrileña, en el Museo del Prado y con Mario Draghi apurado porque tiene declarado un incendio en su Gobierno de coalición respecto de las medidas contra la inflación, en todas partes cuecen habas.
Las amenazas y adversarios para la OTAN
Del documento que sale de la cumbre destaca el secretario general Stoltenberg que Rusia es el mayor adversario que tenemos ahora mismo y que China no es advesario pero sí un desafío a la seguridad de Occidente y sus valores.
En las dieciséis páginas del documento, fruto de negociaciones y pactos sobre cada una de las frases, se distingue, como avanzamos ayer, entre lo que son amenazas y lo que son retos, lo que son adversarios y lo que son actores de interés. O traducido, que se deja claro que, hoy por hoy, nuestro principal problema es Putin pero se sugiere que a medio plazo quien más nos acabará preocupando es China.
China no es advesario pero sí un desafío a la seguridad de Occidente y sus valores
Bien es verdad que lo primero que se dice es que vivimos en un mundo impredecible. Y tanto. Hace diez años era a Rusia a quien se consideraba un socio estratégico, no es el Gobierno de España el único que patina en sus cálculos.
La inestabilidad en el norte de África, preocupación de la OTAN
Nuestro Gobierno de lo que más se felicita es de que la estrategia de la OTAN mencione explícitamente la inestabilidad en el Sahel y el norte de África como motivo de preocupación: por la proliferación de grupos armados que generan inestabilidad; inestabilidad que, a su vez, provoca desplazamientos de personas e inmigración irregular.
Lo que no dice la OTAN es que la inmigración irregular suponga una agresión a nuestra integridad territorial
Lo que no dice la OTAN, naturalemente, es que la inmigración irregular, de por sí, suponga una agresión a nuestra integridad territorial. Eso, quien o empezó a decir el viernes fue el presidente Sánchez a raíz del salto multitunario de personas subsaharianas en la valla de Melilla.
Declara ahora el presidente que él no había visto las imágenes de los inmigrantes asfixiados cuando dijo que el asalto había sido bien resuelto. Y que, por supuesto, le conmueve la muerte de personas. Hubiera visto las imágenes o no, lo que el sábado todo el mundo sabía, incluido él, es que Marruecos admitía la muerte de veintitrés personas. Sin que él mostrara en su rueda de prensa consternación alguna.
Sánchez no rectifica en vincular la inmigración irregular con la inseguridad
Y lo de menos, al final, es cómo de sensible es el presidente ante el sufrimiento ajeno, si le conmueve o es un perfectamente. Lo principal es que Sánchez perseveró ayer en calificar la entrada de cientos de inmigrantes vulnerando las normas migratorias como un ataque violento a la ciudad de Melilla y sus habitantes.
Sánchez perseveró en calificar la entrada de inmigrantes vulnerando las normas migratorias como un ataque violento a la ciudad de Melilla
Desheredados sudaneses que, por haber intentado entrar todos a una llevando (y llevándose) palos, se convierten, para Sánchez, en violentos atacantes que amenazan la integridad territorial de España y generan inseguridad a sus habitantes.
La vinculación de la inmigración irregular con la violencia, la agresión y la inseguridad. Eso no lo ha rectificado el presidente.