Marta García Aller: "La impunidad para mentir en las redes es un problema, pero esta ley no soluciona el tema"
Marta García Aller reflexiona en 'Más de uno' sobre la normativa que quiere sacar adelante el Gobierno para poner coto a la impunidad en redes sociales y sus "usuarios relevantes" deban rectificar noticias falsas.
El Gobierno ha anunciado que va a cambiar la ley para que los “usuarios relevantes” de redes sociales deban rectificar noticias falsas. Y bien está que se intente poner coto a la impunidad tuitera de los que mienten y difaman en redes, muchos de ellos queriendo otros tantos sin querer. Lo medios de comunicación ya estábamos obligados a ello. A respetar el derecho a rectificación de quien resulte directamente afectado por una publicación que faltara a la verdad.
Con la riada de Valencia vimos lo fácil que es difundir mentiras desde cuentas que tienen muchísimo impacto. También lo vimos en la pandemia y con el procés. Tendrán que rectificar quienes publiquen bulos. ¿Pero quién decide lo que es un bulo?
Qué es falso es la primera duda. Otra es quién es el usuario paparajote73 y cómo se le obliga a rectificar a los usuarios anónimos. Más dudas: ¿los retuits de noticias falsas también requieren rectificación? ¿E incluye esta ley solo redes en abierto o también canales de suscripción como el Telegram como el de Alvise, que logró 800.000 votos en las europeas? ¿Y no correremos los periodistas el riesgo de tener que rectificar tuits con informaciones veraces pero incómodas cuando cualquier aludido lo pida? Por bien intencionada que sea esta ley, va a chocar con dificultades que no nos han aclarado. Es decir, con la realidad.
Mi duda favorita es quiénes son esos usuarios de especial relevancia. El ministro de Justicia, Félix Bolaños, por ejemplo, no lo es. Porque la reforma de este derecho a rectificación incluye a usuarios de redes con más de 100.000 seguidores. Así que no incluye a ministros como él que apenas tienen 20.000 en Twitter. Pueden estar tranquilos con sus tuits la mayoría de los ministros.
39.000 seguidores tiene la ministra Diana Morant; Elma Saiz no llega a 9.000. Más cuidado tienen que tener la de Sanidad, Mónica García y el ministro más tuitero, Óscar Puente. Superan ambos los 200.000. Ministros de “especial relevancia” tuitera, les podríamos llamar. Tendrán que tener más cuidado al mentir.
¿Moraleja?
La impunidad para mentir en las redes es un problema, pero esta ley no soluciona el tema.