José Ramón de la Morena: "Me parece justo el guiño que le ha hecho el destino a Míchel"
Qué tormenta de emociones la de anoche con el Rayo en Vallecas. Me emocionó volver a Vallecas, a ese estadio que huele a fútbol antiguo, a futbolista humilde y a ilusiones de grandeza.
Los vestuarios estaban aún sin limpiar y aún permanecían los restos de la celebración del ascenso, como esas salas de fiesta el día después de Nochevieja.
Me parece justo el guiño que le ha hecho el destino a Míchel, un entrenador madrileño, de Vallecas, muy joven, que cogió al Rayo el año pasado para salvarle del descenso a Segunda B y le ha subido a Primera División; y a Fran Beltrán, un futbolista de horma de los bajitos, que de muy niño no le gustaba el fútbol, hasta que descubrió un balón.
Me contó como su madre le traía a entrenar a Vallecas, como la crisis se llevó por delante el negocio de sus padres y como él los ayuda ahora con la hipoteca. Volví a saludar al portero Alberto García, al que descubrí el año pasado por estas fechas, cuando me invitaron a clausurar los máster de abogados en el despacho Garrigues Walker, y le vi recoger su máster, de los de verdad, y explicar en su discurso el trabajo que le había costado entrenar, jugar y asistir a las clases... que eran caras y valiosas. Escuché la ensalada de proyectos e ilusiones que tiene su presidente para este Rayo que vuelve a atravesar las puertas del cielo y es bienvenido a la gloria de nuestro fútbol.
Salí de Vallecas anoche cuando la tormenta ya había descargado sobre Madrid sus otros rayos, la noche lucía su luna llena, y brillaba sobre la barriada de Vallecas con sus calles todavía resplandecientes por la lluvia de la tormenta, aún tengo en el recuerdo las noches de las finales de la Champions en Kiev y de la Europa League de Lyon… otro estilo, otra grandeza, otra alegría….la de anoche era diferente, pero no menos importante para toda esa gente de Vallecas que ahora sale en busca de un transporte público para ir a trabajar. Gracias Vallecas, fue un honor estar anoche ahí.