EL REPORTERO DE LA HISTORIA

'Las pelotaris 1926': Una historia olvidada de mujeres con fama, dinero e independencia

En 'Más de uno' Marc Cistaré presenta la serie 'Las pelotaris 1926' sobre las primeras mujeres deportistas profesionales en España, una historia de fama, dinero y reivindicación.

ondacero.es

Madrid |

En los años 20 y 30 del siglo pasado el juego de pelota era el deporte que vivía un mayor auge en España. Contaba con una gran afición no solo en las provincias vascongadas, sino también en el resto del país y con especial pasión en Madrid, donde desde principios de siglo se fueron abriendo una buena cantidad de frontones

Las raquetistas fueron las primeras mujeres deportistas profesionales de nuestro país y esto ocurrió hace ya más de cien años. Ganaban el triple que un obrero, eran famosas -protagonizaban incluso colecciones de cromos- y llenaban frontones no solo en España, sino también en países como México o Cuba, donde eran recibidas con el mismo entusiasmo que ahora se reciben a otras estrellas del deporte o de la música.

La época dorada de las raquetistas españolas fue corta, entre los años veinte y los cincuenta del siglo pasado, y ahí brillaron grandes figuras como María Antonia Uzcudun, la Chiquita de Anoeta, Agustina Otaola o Eugenia Iriondo, "La Eibarresa".

Acaba de estrenarse la serie que rescata la historia de estas pioneras del deporte en España. Se titula 'Las pelotaris 1926' y su creador es Marc Cistaré, quien no conocía de nada la historia y le atrapó "como una historia de amor", cuenta en 'Más de uno'.

La historia olvidada de unas mujeres con dinero, fama y talento

Charlando con unos compañeros en Bilbao le contaron la historia de las raquetistas y, al ver que nadie había contado la historia, se dio cuenta de que el 90% de la gente tampoco la conocía.

"Fue la historia de unas mujeres que hicieron lo que se suponía que no tenían que hacer. Que tuvieron una situación de privilegio, dinero y fama y una historia que interesó que no trascendiera", explica Cistaré.

A partir de 1920 las pelotaris empezaron a viajar desde el País Vasco a México, donde también se hizo una cantera gracias a su éxito. La serie se divide en dos tramas con el objetivo de retratar a dos mundos que eran tan distintos en aquella época.

"Euskadi era un pueblo comparado con la metrópolis que era México", opina el creador mientras añade que "las pelotaris eran niñas de 16 años que al llegar a México eran tratadas como auténticas celebrities".

El componente erótico de ver a mujeres jugando

Al principio, el fenómeno tenía también un componente erótico, pues los hombres pagaban porque les excitaba ver a una mujer corriendo y sudando tras una pelota.

A la vez que eran admiradas, también estaban señaladas por los hombre adinerados, las mujeres y parte de la sociedad, quienes pensaban que no era apropiado para una mujer dedicarse a eso. A menudo, dudaban de su profesionalidad tildándolas de prostitutas: "una mujer con una raqueta no puede ganar tanto dinero, algo más tiene que hacer".

Con todo, llegó a haber casos de padres que llegaron a dudar de lo que hacían sus hijas y avergonzarse hasta decir que su hija estaba en Madrid trabajando de maestra y no de raquetista.

Reivindicaciones laborales y otras conquistas

En la serie hay mucha reivindicación laboral, de querer mandar donde ellas estaban trabajando. Esta reivindicación existió realmente, se trataba de "mujeres que no se conformadas en ser marionetas en manos de los hombres" y, siempre hubo grupos de raquetistas que querían "ser más dueñas de sus carreras".

Además, la serie comienza con una secuencia en la que una de las raquetistas empieza a menstruar en mitad de un partido. La menstruación la hacían coincidir con sus días de descanso: "tenían tres días de descanso al mes y coincidían cuando tenían la regla", explica el creador Cistaré.