El secretario general del Consejo General de Enfermería de España, Diego Ayuso, el presidente de la Organización Médica Colegial, Serafín Romero, y el portavoz de la Sociedad española de Médicos Generales, Lorenzo Armenteros, opinan en Más de uno sobre lo que les ha parecido lo mejor y lo peor de la gestión de Salvador Illa como ministro de Sanidad. Su talante personal es lo que más se destaca en el aspecto positivo pero todos suspenden al que hoy ya será exministro por ser incapaz de prever la evolución de la pandemia y no dar voz a los profesionales sanitarios.
Lorenzo Armenteros, portavoz de la Sociedad española de Médicos Generales y de Familia, destaca en la parte positiva de la gestión de Salvador Illa como ministro de Sanidad su carácter pero le reprocha haber estado en segundo plano durante la primera ola de la pandemia, siendo el protagonista el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y que haya llevado a cabo una política "bastante errática". Considera que no ha hecho política sanitaria sino que ha convertido en un problema político un problema sanitario.
Diego Ayuso, secretario general del Consejo General de Enfermería de España, destaca también el talante personal del que hoy ya será exministro Illa pero en la parte negativa considera que "en la peor crisis sanitarias necesitábamos expertos en gestión sanitaria con gran conocimiento" y, a su juicio, no ha sido así. "No es momento de experimentos políticos", por eso no le parece tampoco acertado que su sustituta sea Carolina Darias que tampoco tiene perfil sanitario y "o se rodea de un equipo más potente que el de Illa o lo vamos a tener muy difícil "
Reprocha además que Illa no haya contado con las profesiones sanitarias "no hemos tenido ninguna interlocución a pesar de que enviamos cartas ofreciéndonos a colaborar y no nos han escuchado"
Serafín Romero, presidente de la Organización Médica Colegial, le concede a Illa que se ha enfrentado a una situación excepcional y que ha sabido mantener el talante en la comunicación. En la parte negativa considera que no ha aprendido de la pandemia y que no se ha hecho la evaluación prometida sobre lo que se hizo mal en la primera ola.
Lamenta que no haya sabido rodearse de un grupo de expertos en lo político, lo social y lo sanitario y específicamente que no haya dado espacio a las profesiones sanitarias en la toma de decisiones ni las haya protegido del vaivén político.