LA ROSA DE LOS VIENTOS

Mujeres con historia: Las Borbones y el sexo

Silvia Casasola invita a 'La rosa de los vientos' a Marta Cibelina, la periodista artífice de Los Borbones y el sexo, el libro donde recorre la vida amorosa oficial y extraoficial de todos los Borbones, lo que por supuesto, incluye la vida sexual de las mujeres de la familia.

ondacero.es

Madrid | 08.11.2021 14:39

A lo largo de los siglos, se han retratado a decenas de princesas idílicas o de cuento cuya función se limitaba a conceder un heredero al trono. Mujeres modestas, ciertamente sumisas y, sobre todo, sin una opinión validad para considerar que habrían de constituir un paradigma de mujer que durante siglos ha imperado en la sociedad.

Sin embargo, la Historia ha desmentido con creces este ideal de la mano de mujeres como Luisa Isabel de Orleans y María Luisa de Parma, dos reinas cuyas vidas, para bien o para mal, estuvieron estrechamente vinculadas al sexo, aunque no siempre fue objeto de placer.

Silvia Casasola invita a 'La rosa de los vientos' a
Marta Cibelina, la periodista artífice de Los Borbones y el sexo, el libro donde recorre la vida amorosa oficial y extraoficial de todos los Borbones, lo que por supuesto, incluye la vida sexual de las mujeres de la familia.

La monarca exhibicionista

Luisa Isabel era nieta de Luis XIV por la rama bastarda. Los padres esperaban un niño y cuando vieron que era niña se sintieron tan decepcionados que ni siquiera se preocuparon de educarla. Así pues, la niña creció exenta de toda educación y pronto desarrolló el gusto por llamar la atención.

A la joven le gustaba jugar desnuda en lugares públicos, así como a tratar de escandalizar a los aristócratas y al servicio. Por ello, además, eructaba y lanzaba ventosidades sin disimulo alguno.

Margarita de Parma

Margarita de Parma fue la hija bastarda que Carlos V tuvo con la flamenca Juana van der Gheynst. El emperador se desentendió de su hija hasta que en 1527 las tropas imperiales saquearon Roma. Entonces se vio en la necesidad de reconciliarse con el agraviado pontífice Clemente VII y, como parte del trato, concertó el matrimonio de Margarita de Parma con otro bastardo de la familia del papa, los famosos Médicis. La pobre Margarita, que todavía no había cumplido los catorce años, se vio forzada a casarse con Alejandro de Médicis, un perturbado sádico que la sometió a toda clase de vejaciones y perversiones sexuales.