Corría el mes de abril de 1961, hace, por lo tanto, sesenta años. La Segunda Guerra Mundial había terminado en 1945. Con ella, una persecución sistemática y cruel delejército nazi contra los enfermos, comunistas, gitanos. Contra todos los diferentes y, especialmente, los judíos.
Los perdedores negaron los rumores de que hubieran existido crueles campos de concentración en los que se asesinaban a los judíos. Los ganadores, no difundieron suficientemente los testimonios de aquellos a los que liberaban. Pero, incluso, los judíos que vivían en Israel, al conocer los hechos se preguntaban por qué no se habían enfrentado a los nazis o por qué no se habían escapado.
Hace 60 años, todos se enteraron de la realidad. Lo hicieron gracias a una operación del Mossad, con el secuestro de Adolf Eichmann. Fue un criminal de guerra austriaco-alemán de alto rango en el régimen nazi durante la Segunda Guerra Mundial, uno de los mayores organizadores y responsables directos de la solución final, principalmente en Polonia, y de los transportes de deportados a los campos de concentración.