El monólogo de las ocho: "Lo que sí es peligroso es tachar de golpista a la oposición"
Rafa Latorre reflexiona en su monólogo sobre la reducción de la pena a un miembro de La Manada por la 'ley del sí es sí, la llamada a la movilización de Aznar contra la amnistía y la respuesta del Gobierno; y el IPC y los alimentos.
Madrid | 12.09.2023 20:30
Una rebaja penal a otro violador por la ley del 'sólo sí es sí' bien podría resultar anecdótica, después de las cerca de 1127 aprobadas por los tribunales desde la aprobación del texto. Pero, la decisión hoy conocida no es anecdótica, porque beneficia a uno de los condenados por la violación grupal de los San Fermines de 2016. Aquel caso conocido como La Manada, que fue motivo de urgencia para reformar el Código Penal y que fue utilizado por Irene Montero para impulsar propagandísticamente la que sería su ley estrella.
La abogada de la víctima de aquella violación en los San Fermines ha puesto voz a la desazón de su defendida, que en un primer momento creyó que la ley serviría para una mayor protección de las víctimas de violencia sexual.
El Tribunal Superior de Justicia de Navarra (TSJN) ha rebajado de 15 a 14 años la pena de prisión impuesta por el Tribunal Supremo a Ángel Boza, uno de los cinco integrantes de La Manada condenados por la violación grupal de los sanfermines de 2016. Boza, de 32 años, es el más joven de los de La Manada y se encuentra cumpliendo condena en la cárcel de Albolote (Granada).
Y es verdad que la decisión admite recurso, no es una sentencia firme, y es verdad que la deliberación no fue pacífica y es un voto particular. Pero, esto a lo que se agarra hoy la ministra de Igualdad, Irene Montero, y Victoria Rosell y su fiel entorno de Igualdad, son dos pobres paliativas.
Porque los votos particulares son habituales y porque decida lo que decida esta vez, en casos análogos o similares, como el del Arandina, el Supremo se decantó por rebajar la pena del condenado. Por la torpísima escala penológica que la ley ha impuesto y que obliga a los tribunales a aplicar lo más favorable para el reo.
Triste recordatorio de que nadie ha dimitido por el mayor fiasco legislativo que se recuerda
Este caso puntual sirve además como triste recordatorio de que nadie ha dimitido por el mayor fiasco legislativo que se recuerda. Un fiasco que no sólo fue reconocido por el gobierno que impulsó la ley sino que tuvo que ser corregido mediante una proposición aprobada gracias a la oposición y sin el voto ni de Irene Montero, ni de Yolanda Díaz, ni de Sánchez, que se ausentó aquel día del Congreso. Nadie dimitió, nadie asumió las responsabilidades. Nadie.
Hay un testimonio interesante hoy, que es el de la portavoz parlamentaria de Sumar, Marta Lois, que es el grupo donde supuestamente se subsume Podemos y que sigue coherentemente la política de su líder Yolanda Díaz. Que siempre ha pasado de puntillas por este tema, que no votó a favor de la proposición que la corrigió y que sigue sin mentar a Irene Montero.
Nadie niega ya que se estén estudiando las fórmulas posibles para satisfacer a las demandas del prófugo
En cuanto a la amnistía, ahora les ofrecemos la declaración que ha servido para que el Gobierno haga algo tan peligroso como tachar de golpista a un expresidente del Gobierno. ¿Felipe González? No, José María Aznar, aunque el diagnóstico de ambos no difiera en lo esencial.
Ya está constatado que el Gobierno se ha plegado a la primera de las exigencias de Carlos Puigdemont para iniciar una negociación para la investidura de Sánchez. Porque nadie niega ya que se estén estudiando las fórmulas posibles para satisfacer a las demandas del prófugo. De la amnistía se discute ya todo menos que el Gobierno está trabajando para que sea una realidad. Es que hubo un tiempo en que si decías que habría amnistía te tachaban de insidioso. Ya no.
Lo que sí es peligroso es tachar de golpista a la oposición
Bueno, Aznar es un expresidente del gobierno, pero su diagnóstico no difiere demasiado del que hace otro expresidente como Felipe González, un exvicepresidente como Alfonso Guerra o, qué sé yo, Juan Luis Cebrián. Si acaso difiere en el tono pero invocar la energía cívica y la institucionalidad para oponerse a una determinada política no es llamar al golpe de estado, solo faltaría que la movilización fuera un patrimonio exclusivo del PSOE.
O sea que España se puede movilizar para que no sacrifiquen a Excalibur pero, no para mostrar su disgusto por la amnistía. Lo que sí es peligroso es tachar de golpista a la oposición, que es algo que suele estilarse en regímenes poco democráticos. Lo de la Diada no escandaliza al Gobierno, al que le parece normal asociarse con quien sale a la calle cada año a reclamar la autodeterminación. Lo que escandaliza al Gobierno son estas palabras con las que Aznar llamaba a la ciudadanía a reaccionar.
Le piden al PP que corrija su presidente de honor, José María Aznar, pero no lo va a hacer. De hecho, esta es la reacción de Alberto Núñez Feijóo en Twitter.
El precio del aceite de oliva ha aumentado un 40% en tan sólo un año
Como usted va al mercado como cualquier hijo de vecino y como el aceite de oliva es un ingrediente esencial de su alimentación, no le vamos a descubrir lo que ya sabe. El precio ha aumentado un 40% en tan sólo un año. El Índice de Precios de Consumo (IPC) aumentó un 0,5% en agosto en relación al mes anterior y elevó tres décimas su tasa interanual, hasta el 2,6%, debido, principalmente, a la subida de los precios de los carburantes. El precio de los alimentos, por su parte, moderó tres décimas su crecimiento, hasta el 10,5%.
Esto qué significa. Pues que los alimentos sigue estando carísimos porque el que moderen su crecimiento quiere decir que algo sigue creciendo y lo del aceite clama al cielo. A esto uno se puede enfrentar con el atajo de la demagogia y fingir que todos los operadores de la cadena alimentaria quieren vender menos o no prefieren sacar sus productos al mercado en precios competitivos o se puede asumir la realidad. Lo primero es que las previsiones del gobierno respecto de la evolución del precio de determinados alimentos no se ha cumplido, porque el ministro Planas, de agricultura, lleva mucho tiempo prometiendo una contención que no llega.
Lo que ahora dice el ministro es que algo va a mejorar la campaña del aceite que viene pero no va a ser una mejora significativa y por tanto beneficiosa para todos.