EN LA BRÚJULA

El monólogo de las ocho: "La palabra clave es cohecho"

Rafa Latorre reflexiona en su monólogo sobre el caso Negreira, las declaraciones de Junqueras sobre la amnistía y la dimisión del concejal socialista Daniel Viondi tras darle tres palmadas en la cara a Almeida en el pleno del ayuntamiento de Madrid.

ondacero.es

Madrid | 28.09.2023 20:25

No. Xavi Hernández puede desgañitarse quitándole hierro a la decisión del juez. Puede tratar de rebajarlo como si fuera un titular sensacionalista. Puede incluso enmarcarlo en una campaña contra el Barça o contra Cataluña. Y no. No tiene razón. La decisión que ha tomado el juez del caso Negreira es muy relevante y ahora trataremos de explicarles por qué.

La palabra clave es cohecho. Cohecho. El Barça ya estaba siendo investigado por un posible delito de corrupción deportiva por haber mantenido en generosa nómina al número dos de los árbitros durante casi 20 años. Lo que el juez instructor ha dejado escrito en un auto demoledor cambia el sentido del caso. Porque hasta ahora el Barça había sostenido que no se puede probar que los trencillas le hubieran favorecido con sus decisiones. Lo que el juez ha decidido es que eso da igual, porque lo que le es imputable al Barça es un soborno. O sea que esa inversión millonaria, pacientemente realizada durante 18 años, pudo obtener o no los beneficios esperados, pero lo relevante es que era una inversión para adulterar la competición y eso ya es delictivo.

Porque un cohecho no está sujeto a su carácter finalista. O sea, no tiene por qué haber sido rentable. Basta con que haya sido. Y el juez considera que el Barça contrató y pagó a Negreira y a su hijo por una única razón y es que Negreira tenía un cargo muy relevante en el Comité Técnico de Árbitros. Y eso se demuestra en el hecho incontrovertible de que cuando dejó de ser vicepresidente del CTA también dejó de percibir el generoso sueldo que el Barça le había ingresado mes a mes durante 18 años.

¿Dónde está lo arriesgado de esta decisión? En que el juez le confiere a Negreira «funciones públicas» cuando hablamos de entidades privadas. Ahí es donde se supone que golpeará la defensa del Barça.

Junqueras amplía la lista de exigencias de Esquerra Republicana

Oriol Junqueras ha ampliado la lista de exigencias de Esquerra Republicana para una investidura de Pedro Sánchez. Fíjense que lo que pide el mártir del procés no es ya la amnistía sino la legalización de un referéndum. Es decir, no que se deje de perseguir a los que delinquieron, como Carles Puigdemont, en 2017 sino que se deje de perseguir a quienes delincan a partir de ahora. Por la razón lógica de que él considera que en 2017 no se cometió ningún delito.

«Pero las palabras se las lleva el viento», dirán. Es cierto. El problema es que ya hay hasta resoluciones parlamentarias. Esquerra y Junts han registrado en el Parlament la primera propuesta que fija unas condiciones comunes para respaldar la investidura de Pedro Sánchez.

Ha sido una negociación dura entre ambas formaciones, que al fin han llegado a un acuerdo que se traduce en esto. Cito textualmente: «El Parlament se pronuncia a favor de que las fuerzas políticas catalanas con representación en las Cortes españolas no den apoyo a una investidura de un futuro Gobierno español que no se comprometa a trabajar para hacer efectivas las condiciones para la celebración de un referéndum».

Sánchez está la mar de optimista

¿Y Sánchez? Bueno, Sánchez está la mar de optimista. Hoy Pedro Sánchez ha hablado. Después de permanecer silente en su escaño durante toda la sesión de investidura de Alberto Núñez Feijóo, al fin el presidente ha tomado la palabra. Claro que lo ha hecho en un foro mucho más amable que el Congreso. Un lugar donde sus palabras no van a ser replicadas y donde no se va a someter a las interpelaciones ni de Feijóo, ni tampoco de los periodistas.

Ha sido en un acto con los socialdemócratas europeos. Eso ahorra muchas molestias. Por ejemplo, ¿ha pronunciado la palabra amnistía? No. ¿Ha dado explicaciones de sus negociaciones con los independentistas? No. Ha cargado contra el PP por claudicar ante Vox y ha salido a reivindicarse como el tribuno de La Gente. ¿Se acuerdan cuando era Podemos quien usurpaba el buen nombre de La Gente?

Viondi tiene que hacer un cursito de control de la ira

Y ahora que hablamos de decoro parlamentario y la degradación de la vida política. Lo que se ha vivido en el pleno del ayuntamiento de Madrid es estrictamente intolerable. El PP ha pedido la dimisión de un concejal socialista llamado Daniel Viondi, porque durante la sesión, cuando se estaban discutiendo los asuntos del día, se fue al asiento del alcalde Almeida y le dio tres palmaditas en la cara. O sea, esta macarrada, que es en realidad un acto violento para incitar a la pelea. Porque ustedes imagínense cuando viene un tipo y te da unas palmaditas en la cara en plan desafiante. Escuchen lo que ha ocurrido después.

Almeida interpela a la jefa de filas de Viondi, Reyes Maroto. Luego media el presidente del pleno Borja Fanjul. Pero es que Viondi, sigue gritando desde su asiento y no abandona la cámara hasta que se le acerca un señor de los servicios de la cámara y le invita a largarse. La verdad es que ya en frío, la reacción ha sido rápida al menos y Viondi anunciaba a eso de las siete de la tarde que entregaba el acta de concejal. Los dirigentes del PSOE madrileño han pedido disculpas por su comportamiento y así han zanjado el asunto.

Bueno, el señor Viondi tiene que hacer un cursito de control de la ira. Porque no es la primera del señor Viondi. Es que hace un tiempo, no demasiado, le amenazó a un concejal de Podemos con arrancarle la cabeza. Te arranco la cabeza, le dijo. Ahora tendrá tiempo.