El monólogo de las ocho: "La ministra de Hacienda amenaza a Ferrovial... es gravísimo pero con este Gobierno suena casi normal"
El monólogo de Rafa Latorre en el que reflexiona sobre el frente del Gobierno por la legalización de los regadíos y la salida de Ferrovial
El Gobierno ha abierto un nuevo frente en la guerra del agua. Primero se enfrentó y doblegó a Murcia y Comunidad Valenciana por el trasvase Tajo-Segura, que ambas autonomías reclamaban para poder regar sus campos. Ahora abre un nuevo frente en Andalucía por la legalización de nuevos regadíos en el entorno del espacio natural de Doñana.
Así en estos términos se expresaba la vicepresidenta de Transición Ecológica Teresa Ribera respecto de Juanma Moreno. Como es evidente, se expresa con mucha más crudeza en este enfrentamiento que en aquel que mantuvo en el Levante, entre otras, contra Ximo Puig. No sólo porque ambos son compañeros de partido, sino porque además en lo que respecta al Tajo-Segura el Gobierno dictó su sentencia y los gobiernos de Murcia y Comunidad Valenciana no pudieron hacer más que salir en manifestación.
Pero en Andalucía hay una proposición de ley en tramitación. Hoy ha tenido lugar la toma en consideración de la proposición de ley para regularizar regadíos en el entorno del espacio natural de Doñana, en la zona del Condado de Huelva y el Gobierno ha puesto todas sus baterías apuntando al Parlamento andaluz para anularla.
Hoy la tensión se ha trasladado al Parlamento andaluz. A sus puertas donde los agricultores se han manifestado a favor de los regadíos, porque les va la vida en ello. Y dentro, en el hemiciclo, donde se han vivido escenas tan estupefacientes como esta.
Este ha sido el tono del debate en algunos momento especialmente tensos. Maribel Mora de Adelante Andalucía echa arena sobre el escaño de Juanma Moreno. Estas performance parlamentarias recuerda al zapato de Beiras o a la cal viva de Zubimendi. Ha sido arena.
En esta guerra están colisionando las necesidades de los agricultores, el interés ecológico de un paraje natural único y dos gobierno de signo político distinto a las puertas de una campaña electoral. Y todo en el contexto de una sequía abrumadora, monumental, que está afectando gravemente a España.
Conviene recordar algo. El presidente andaluz Juanma Moreno es uno de los más convencidos verdes del PP. De hecho se le suele acusar de hecho de un celo ecologista que a algunos de sus compañeros y sobre todo de los exsocios de Vox les puede llegar a resultar molesto. Sin embargo, la guerra se ha desatado por la aprobación de los regadíos que afectaría afecta a los municipios de Almonte, Bonares, Lucena del Puerto, Moguer y Rociana del Condado. El Gobierno andaluz quiere reunirse con representantes de la Comisión Europea para aclarar que esta regularización no va a suponer ningún riesgo a este humedal de Doñana, por cierto, el mayor humedal de Europa. Pero La Moncloa ha puesto sus baterías contra el gobierno andaluz.
Hay otra guerra que el Gobierno ya puede dar por perdida. Esta es María Jesús Montero, ministra de Hacienda, amenazando a la compañía. Sí. A esto hemos llegado. A la directa amenaza por parte de la ministra de Hacienda. Esto es gravísimo porque como el gobierno anda enloquecido casi suena normal.
En este lío se ha metido el gobierno solito, porque además de una injerencia inaceptable, además de una utilización aberrante de sus poderes como gobierno, se trata de una maniobra política de torpeza inconmensurable.
Miren, la empresa Ferrovial tomó una decisión, mudar su sede fiscal a Países Bajos, que iba a tener que explicar tanto a sus accionistas como a la población española, por eso de la cuestión reputacional… como cualquier operación corporativa. Pero el presidente del Gobierno decidió tomársela como una cuestión personal y cometió algunas injerencias que desacreditarían a cualquier Gobierno, como la de señalar por su nombre y apellidos al propietaria, acusarle de antipatriota, enjuiciarlo moralmente y luego publicar una carta presionando a sus accionistas y adornándola con una serie de amenazas fiscales publicadas en El País. El Gobierno convirtió el problema de Ferrovial en su problema y si esto ya es grave, encima parece que ha perdido la batalla.
Mañana se celebra la Junta de Accionista que tomará la decisión y a esta hora se puede confirmar que las advertencias del Gobierno no han convencido a los accionistas de Ferrovial y ya pueden dar por hecho la mudanza de la sede fiscal de la megacompañía a los Países Bajos. Así que parece que sí existe una motivación económica para el traslado y las presiones del Gobierno para evitarlo se han saldado con un fiasco. Porque ha manejado tan torpemente la operación que miren el resultado había un gran accionista de la compañía que estaba en contra de la operación y después de que se publicaran en el país las advertencias/amenazas/información del Gobierno han terminado cambiando de opinión para apoyar el cambio de sede fiscal.
Hablamos del fondo soberano noruego, ayer les decíamos, oigan, que es posible que la operación se tuerza porque este fondo tiene el 1,5 del capital y basta con que se oponga un 2,5 para que se complique la mudanza. Pues el Norges Bank ha anunciado que cambia su posición, de manera que la directiva de Ferrovial ha sido quien ha logrado convencer a los accionistas a menos que se produzca una sorpresa mayúscula y las amenazas de los miles males fiscales que anunciaba el Gobierno no les han asustado
Ahora el ministro de la presidencia Félix Bolaños suaviza el tono, pero es inútil porque no podemos dejar de saber lo que sabemos y son todas estas maniobras de puro intervencionismo, de puro capitalismo de amiguetes que encima se ha librado con una derrota. Hoy de hecho tenía bastante razón el presidente de la patronal Antonio Garamendi cuando pedía respeto para la actividad empresarial.