LA BRÚJULA

El monólogo de las ocho: "Ya no hay dudas de que la Fiscalía General del Estado y Moncloa pretendieron destruir políticamente a Ayuso"

Rafa Latorre reflexiona en La Brújula sobre el informe de la UCO contra García Ortiz.

Rafa Latorre

Madrid |

El monólogo de las ocho: "Ya no hay dudas de que la Fiscalía General del Estado y Moncloa pretendieron destruir políticamente a Ayuso"

Hay historias tan importantes como fabulosas en la actualidad nacional. Ya hablamos de fedatarios. En nuestra historia hay notarios, fiscales, fontaneros de Moncloa y un hombre que pudo pasar, si no por honrado, al menos por valiente y terminó desmintiéndolo.

Ya no hay duda de la operación política con la que la Fiscalía General del Estado y la Moncloa pretendieron destruir políticamente a Díaz Ayuso. Ahora sólo vamos conociendo algunos detalles especialmente escabrosos de la operación de Estado, que es el papel que corresponde a cada uno.

El del Fiscal General del Estado, Álvaro García Ortiz, es preeminente. Eso es lo que dice el informe de la UCO, de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil, que ya está sobre la mesa del Supremo.

Ese informe señala dos filtraciones de material confidencial sobre un particular, por la única circunstancia de que se trata del novio de Ayuso. La primera filtración es a eldiario.es: todo el expediente que afectaba a Alberto González Amador.

Y la segunda la del correo electrónico donde el empresario confiesa la comisión de dos delitos fiscales. La Guardia Civil destaca las gestiones personales realizadas por García Ortiz.

¿Por qué? Porque hay elementos muy reveladores. La ansiedad con la que sacan de un partido de fútbol al Fiscal de delitos económicos para que envíe los correos cruzados con la defensa del novio de Ayuso. Que el hombre, Julián Salto, estaba viendo al Atleti, en el Metropolitano y los sacan del partido porque no puede esperar el envío de un material que es necesariamente confidencial, como es la negociación de un acuerdo de conformidad con la Fiscalía.

Ahora, hay periodistas con muy mala conciencia que dicen que es que estaba tratando de desmentir un bulo. De eso nada, estaba escribiendo un relato, como si esa fuera su misión en la vida… Escribir un relato político… Ser el Fiscal General del Relato y no el Fiscal General del Estado.

Pero es que todo lo desató él, cuando decidió que si Ayuso tenía un novio con problemas con la Justicia eso merecía saberse, por mucho que eso suponga vulnerar los derechos de un ciudadano particular y zambullir al ministerio fiscal en la ilegalidad. Por eso filtró el expediente de Alberto González Amador, en lo que supone una obscena utilización de medios del Estado para destruir a un adversario del Gobierno.

Por cierto, todo hecho con conciencia de la ilegalidad porque si no, no habría pedido que el material se lo enviaran a un gmail. A un correo genérico.

Por si alguien dudaba del papel de la Fiscalía, ahí tienen la voluntad inequívoca de que no hubiera un pacto de conformidad, para poder explotar políticamente la denuncia y la receta de cianuro de la Fiscal Provincial de Madrid, Pilar Rodríguez. Hoy desde Corea del Sur, donde se encuentra de visita, Isabel Díaz Ayuso se ha referido al caso y ha denunciado una operación de Estado para destruirla.

Y ahora la historia de Juan Lobato. Que parece una fábula de Esopo. La triste historia de Juan Lobato, el todavía secretario general del PSOE de Madrid. Les voy a hacer el resumen: se trata de un hombre que, si no por honrado, podía haber pasado por valiente. Y que ha desmentido ambas circunstancias. Ni valiente ni demasiado honrado.

Porque la historia de Lobato arranca la mañana del día 14 de marzo. Los problemas con Hacienda del novio de Ayuso ya habían sido difundidos por eldiario.es hacía cinco días. Ahora en lo que estaba la Fiscalía era en desmentir que había propuesto un pacto de conformidad.

Esa mañana a la 8.05 de la mañana, la mano derecha del jefe de gabinete de Sánchez de Óscar López, Pilar Sánchez Acera, le envía a Lobato por Whatasapp una copia del mail del abogado del novio de Ayuso a la Fiscalía. Es un mail necesariamente confidencial porque es parte de la negociación para un pacto de conformidad.

La mano derecha de Óscar López quiere que Lobato lo utilice en la Asamblea de Madrid. Pero Lobato, que es técnico de Hacienda, le dice que no. Entonces, la mano derecha de Óscar López le dice, bueno, pues se lo filtramos a Angélica Rubio, lo publica ella en El Plural y así tu dices que lo has leído ahí.

Angélica Rubio fue alto cargo de Zapatero y ahora la han colocado en el Consejo de Administración de TVE. Muy independiente, como ven. Y El Plural, muy Plural.

A las 9 de la mañana El Plural publica el correo y Lobato lo menciona en la Asamblea. Hace unos días Lobato fue al notario y allí dejó registrados los Whatsapps de la jefa de gabinete de Óscar López. ¿Por qué? Seguramente Lobato acudió al notario para protegerse cuando Óscar López fuera lanzado en paracaídas sobre el PSOE madrileño.

ABC descubre el movimiento de Lobato y ayer habla con él. Y Lobato lo confirma todo, pero piensa, caray, nadie se va a creer que yo no he filtrado esto a ABC. Le entra un ataque de pánico y a partir de ahí, trata de salir del paso.

Pilar Sánchez Acera se lo envía una hora antes de que lo publique El Plural. Una hora antes. Nadie va al notario a registrar lo que publican los medios de comunicación. El medio de comunicación ya es el notario.

Ahora bien. Lo honrado hubiera sido decir, oiga esto es una ilegalidad y yo no voy a ser partícipe. Así que ahórrese lo de filtrarse a Angélica Rubio. Quizás es demasiado pedir para un político, al menos podía haber pasado por valiente y haber sostenido en público lo que le dijo en privado a los periodistas de ABC, pero no lo ha hecho. Ni una cosa ni la otra. Una oportunidad perdida para el bueno de Lobato. Quizás la última.