El monólogo de las ocho: "Era esperable que España saliera perjudicada por la política de Trump, pero no que llegara tan lejos en su primera declaración"
Rafa Latorre reflexiona en La Brújula sobre las primeras medidas anunciadas por Donald Trump en su vuelta a la Casa Blanca.
Madrid |
El escritorio de la Casa Blanca es como el Resolute, porque está hecho de las maderas del barco británico HMS Resolute, que quedó atrapado en el hielo ártico en 1854 y fue abandonado. Más tarde, el barco fue rescatado por un buque estadounidense y devuelto a la reina Victoria como un gesto de amistad entre Estados Unidos y el Reino Unido.
Donald Trump lo ha convertido en factoría de firmar órdenes ejecutivas. Parecía ese operario que encarnaba Chaplin en Tiempos Modernos que iba a apretando tuercas una tras otra.
Lo de Trump es la producción en serie de órdenes ejecutivas, que es otra forma de apretar las tuercas. Un asistente le ha ido llevando los papeles y él iba firmándolos sin fijarse demasiado. Y no eran cuestiones menores.
Todo forma parte de un espectáculo muy estudiado: la retirada del acuerdo climático de París, la emergencia nacional para movilizar recursos y soldados en la lucha contra la inmigración, la declaración de los cárteles como organizaciones terroristas, el perdón de 1500 asaltantes del Capitolio… O sea, un perdón masivo a los sediciosos que profanaron el Capitolio donde él juro como presidente ayer mismo y donde arrancó un mandato de frenesí ejecutivo.
Ha habido un momento muy significativo. Cuando le llevan el decreto que pone fin a la participación de Estados Unidos en la Organización Mundial de la Salud. No necesita traducción, porque lo importante es el "ohhhh" que es lo que resume el espíritu desafiante de las primeras horas de Trump en su regreso al Despacho Oval. Trump ha cumplido con lo que prometió, un aluvión de decisiones radicales que marcan el inicio de un mandato aún más desafiante que el anterior. Ahora bien, lo que en España sobre todo ha preocupado es una alusión directa a nuestro país no precisamente favorecedora.
Si ha habido algo poco esperado en las primeras horas de Trump como inquilino de la Casa Blanca ha sido una crítica a Putin. El presidente de Rusia elogió la segunda toma de posesión del presidente Trump, pero el líder estadounidense no le devolvió el cumplido. Ha dicho que estaba destrozando Rusia, su país, con una guerra en Ucrania donde no le estaba yendo nada bien.
Por lo pronto hoy Zelenski se ha referido desde Davos a un posible acuerdo de paz pero con unas condiciones que garanticen el cumplimiento de sus términos. Ha asegurado que "si hay un día un acuerdo de paz, necesitaríamos un mínimo de 200.000 soldados europeos como garantía de seguridad. Menos sería nada". Respondió al ser preguntado sobre qué condiciones requeriría un eventual tratado entre los dos países enemigos.
En la Unión Europea se teme, sobre todo, que decaiga el compromiso de Estados Unidos de ayudar en la defensa de Ucrania. No sólo se teme eso, también una política arancelaria que perjudique seriamente las exportaciones de los países europeos, incluido por supuesto España. Lo que sería, desde luego, toda una prueba para el autoproclamado patriotismo de sus entusiastas seguidores españoles.
Porque era esperable que España saliera perjudicada a causa de la política proteccionista de Trump, pero no quizás que llegara tan lejos en su primera declaración sobre nuestro país.
Un periodista español le preguntaba por si el exiguo gasto en Defensa de España tendría alguna represalia y Trump contestó que si era uno de los BRICS podría enfrentarse a unos aranceles del 100%. La amenaza ha sido enigmática, porque es difícil saber si estaba de coña, si ignoraba la posición de España en el mundo o si ha querido ubicar a España en un lugar impropio para un aliado de la OTAN.
Sí sabemos lo que son los BRICS, que es el grupo de los llamados países emergentes: Brasil, Rusia, India, China y… La S, no es Spain. Ya bastante es que fuimos la S de los PIGS… La S de los BRICS es Sudáfrica.
En cualquier caso, que España no va a ser un beneficiario directo de las políticas de Trump es algo previsible, porque pretende imponer una política proteccionista y reformular la alianza trasatlántica de Estados Unidos con la Unión Europea, pero de ahí a que España sea gravado con una fiscalidad como la que va a penalizar a los BRICS va a un trecho. Es normal que esto haya generado inquietud y que el Gobierno esté tratando de averiguar qué ha querido decir exactamente Trump.
Le han preguntado a Pilar Alegría tras el Consejo de Ministros y la portavoz, atendiendo al nuevo clima de las instituciones europeas, se ha conducido con prudencia.
Con algo más de desahogo ha hablado Isabel Díaz Ayuso, que se ha propuesto como la que podría explicar a Trump la diferencia entre España y los BRICS desde la Comunidad de Madrid.
Por cierto, que hoy Díaz Ayuso ha denunciado públicamente un hecho gravísimo y esto ya nos sirve para ocuparnos de la actualidad nacional. Porque lo que ha denunciado la presidenta de la Comunidad de Madrid es el robo del ordenador de la abogada de su pareja, además de la entrada en las casas de otro de los letrados de Alberto González Amador y del arquitecto que remodeló la vivienda de la pareja. Lo cual sería no ya una deriva caribeña, sino una actuación mafiosa.
Mientras, continúa inexorable la Justicia instruyendo e investigando el cúmulo de escándalos de presunta corrupción que cerca al Gobierno. Hoy, precisamente, se van conociendo los detalles del sumario del caso de los Hidrocarburos después de que el juez levantara el secreto. Onda Cero ha tenido acceso a ese sumario, en este caso, que es el que ha llevado a prisión preventiva a Víctor de Aldama, y que investiga el fraude millonario del IVA de los hidrocarburos.
Es el contexto perfecto este para hacer reformas en la Justicia. Les hablaba ahora del Consejo de Ministros. Ha estudiado un texto hoy oportunísimo. En el sentido de que nadie lo va a interpretar como una decisión inocente que atiende al interés general. Porque con la Ley Begoña para eliminar la acusación popular y con el incesante ataque a los jueces como estrategia de defensa de los escándalos de corrupción, el gobierno ha decidido que es el contexto perfecto para reformar el acceso a la carrera judicial y así poner coto a la supuesta preponderancia conservadora en la judicatura.