El monólogo de las ocho: "En el camino del Gobierno a las elecciones, no hay límite para el gasto"
El monólogo de Rafa Latorre en La Brújula con la actualidad política que pasa por la nueva ayuda del Gobierno
Una nueva partida de miles de millones ha sido movilizada. 3mil millones para el noble fin de reducir la factura energética de las familias en un invierno que se presenta durísimo. Las medidas suenan razonables. Puede que usted viva en uno de los casi dos millones de hogares que se calientan mediante una caldera vecinal.
Si es así, esto le interesa: Se va a crear una nueva tarifa regulada para que los hogares que tienen caldera comunitaria y no individual puedan beneficiarse de un ahorro superior al 50%. Luego se reforzará el bono social eléctrico aumentando los descuentos aplicados a familias vulnerables; también se mejorará el bono social térmico duplicando el presupuesto dedicado al mismo en los ejercicios 2022 y 2023.
Bienvenido sea todo lo que contribuya a reducir la angustia energética que sienten tantas familias españolas ante la proximidad del invierno.
Ahora, que el gasto está desbocado y crece la sensación de que el Gobierno está tratando de corregir a golpe de talonario lo que dicen las encuestas. A veces, ocurre que las medidas son razonables, como estas parecen, e incluso la oposición muestra su disposición a aprobarlas.
El problema no van a ser las medidas razonables sino que entre las urgencias electorales, las compensaciones territoriales, las concesiones a los socios y las causas nobles, va creciendo la sensación de que en el camino a las elecciones no va a haber límite para el gasto… y luego… luego… ya vendrá el próximo gobierno a solucionar los problemas con medidas impopulares.
En la sesión de control en el Congreso lo más conciliador fue el debate sobre el nuevo plan de ahorro energético del Gobierno. Bien es verdad que falta conocer la letra pequeña y los detalles se conocerán el martes tras el Consejo de Ministros.
Otro tema ha regresado del pasado para protagonizar parte del debate en el hemiciclo. Es lo de Marruecos. Muy pertinente, tratándose de la resaca de la fiesta nacional… Al fin y al cabo, es un asunto que afecta a la integridad territorial de España y a su soberanía sobre su territorio, incluidas las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla.
El Gobierno nos había contado que esa soberanía había quedado garantizada por Marruecos. No en vano esa fue la justificación que se dio al giro radical e inopinado de nuestra política exterior respecto del Sáhara. Dicho así de forma muy simple: Nosotros entregamos a los saharauis y Marruecos garantiza la integridad territorial de España, esto es: renuncia a cualquier aspiración sobre Ceuta y Melilla y cualquier islote ya sea del tamaño del de Perejil
Aquí el problema es que Marruecos tiene una carta firmada por Sánchez y los españoles de Marruecos no hemos visto nada. Ni una carta, ni un compromiso, nada que comprometa a Mohamed VI.
Es más, Marruecos sí ha enviado una carta a la ONU en la que se expresa en términos gravísimos sobre Melilla. Dice: «el Reino de Marruecos no cuenta con fronteras terrestres con España y Melilla sigue siendo un presidio ocupado y por este motivo, no se puede hablar de fronteras, sino de simples puntos de paso».
Y ahora… A media tarde salía un despacho de EFE que citaba una supuesta rectificación de un alto cargo del Ministerio de Exteriores marroquí. Esta fuente afirma a la agencia Efe que la declaración conjunta firmada entre Marruecos y España el pasado 7 de abril sí reconoce que entre los dos países existen "fronteras terrestres». Pero no es lo mismo una carta dirigida a la ONU que la declaración de una fuente anónima a la agencia EFE. Supongo que se capta la diferencia. ¿Cómo va a ser lo mismo?
Es más, es que el alto cargo misterioso ni siquiera cita en su supuesta rectificación a Melilla. Se remite a que en la declaración conjunta de abril: «la plena normalización de la circulación de personas y de mercancías se restablecerá de manera ordenada, incluyendo los dispositivos apropiados de control aduanero y de personas a nivel de fronteras terrestres y marítimas». Y de ahí se infiere que como se refiere a las fronteras, hay un compromiso de respeto con la soberanía española. Pero la pregunta es más sencilla y requiere menos circunloquios: ¿Considera Marruecos que Melilla es una cárcel ocupada como le dijo a la ONU o no? Y en consecuencia, ¿Qué ha obtenido España por haber entregado a las saharauis?
Ahora de lo que todos ustedes estará hablando con sus allegados.
Carlos Lesmes ya tiene un sucesor en la presidencia del CGPJ. El Pleno del Consejo General del Poder Judicial ha elegido este jueves al vocal Rafael Mozo, miembro del sector progresista y vocal de mayor edad, como nuevo presidente del órgano en sustitución del magistrado Carlos Lesmes por 16 votos. Mozo será presidente en suplencia pero "no en funciones", es decir, con menos poder que atesoraba el anterior presidente.
Igual lo es por muy poco tiempo. El acuerdo para renovar el órgano parece que está cerca. Si basta atender a las declaraciones de Alberto Núñez Feijóo. Ni siquiera a la letra, basta con la tonalidad. El primer día, tras la reunión con Sánchez, la reforma del sistema de elección era un imperativo, al día siguiente ya se perdió en explicaciones sobre cómo funcionan las iniciativas legislativas y prometió que si gobernaba reformaría el sistema, las condiciones se han ido relajando.
La cuestión es endiablada para él, que ahora tendrá que explicar por qué renueva el órgano sin lograr imponer sus condiciones. Pero esta es la última oportunidad y si no lo hace y como prevé termina siendo presidente del Gobierno. ¿Con qué se va a encontrar? Un poder judicial arrasado.
Por un lado, nunca antes el Gobierno había recibido tanta presión de Europa para dotar de mayor independencia al Consejo, pero no lo va a hacer. No lo va a hacer porque está en el ADN del PSOE esto de creer que la ideología lo domina todo.
Luego el cálculo que de verdad les tiene preocupados a los del PP es el del Constitucional y no puede exponerse a que el PSOE logre ensanchar con nuevos nombramientos una mayoría que podría decidir asuntos delicadísimos para el Estado. Así que… ¿habrá acuerdo? Desde luego. ¿Se renovará el sistema de elección? Es muy improbable. ¿Tendrá que explicarlo Feijóo? Por supuesto.