EN LA BRÚJULA La mirada cítrica: "Bienvenido míster Xi"
El premio Nobel portugués, José Saramago, se imaginó una Península Ibérica que se desgajaba de Europa y que, como una isla flotante, marchaba a la deriva hacia América. Lo contó en La Balsa de Piedra, cuando “Joana Carda hizo una raya en el suelo con una vara de negrillo” y en los Pirineos apareció una inmensa y profunda grieta. La vieja Iberia se deslizó hacia el Atlántico sur. Ahora, esa grieta pirenaica ha mutado en las barricadas independentistas.
Ignacio Rodríguez Burgos
Madrid | 13.11.2019 21:18