La Trastienda: "El sanchismo es más una descripción que un improperio"
Juande Colmenero nos ofrece un análisis de la campaña electoral.
En el día después del debate con un resaca parecida al día después de unas elecciones todos son lecturas interesadas. Pero, es llamativo y suele ocurrir que quien pierde le echa la culpa al terreno de juego, al árbitro, al momento. Y así ha ocurrido en esta ocasión con los partidarios de Sánchez. No se atreven a decir que el debate lo ganó el suyo, pero supeditan cualquier valoración al formato utilizado. Es decir, fue un debate bronco, un debate farragoso, un debate sin propuestas, un debate donde falló la posición física de los moderadores, como ha dicho Rodríguez Zapatero esta misma tarde aquí en Onda Cero. Si Sánchez hubiera ganado el debate ninguno de sus partidarios estaría hablando del formato, ni de las interrupciones, ni de nada parecido.
En el día después del cara a cara la vida electoral continua. Y a la espera de las próximas encuestas, se ha colado en la campaña lo del sanchismo considerado como un insulto, algo sorprendente, realmente extraño. Lo ha repetido también esta misma tarde el ex presidente Zapatero. Se consideraba un insulto ser sanchista. ¿Acaso lo era el Marianismo, o el sorayismo, el aznarismo, el Felipismo (este era y es casi un orgullo)? ¿Lo era el Pujolismo para los partidarios de Pujol? ¿O el guerrerismo para Alfonso Guerra?
El sanchsimo es más una descripción que un improperio. Y que los partidarios de Sánchez y el propio Presidente del Gobierno consideren que llamar a la acción de Gobierno de Sánchez es un insulto, es porque en realidad no quieren personificar esa acción de Gobierno.
Pero en el día después del debate la realidad es el que sanchismo seguirá existiendo aunque sea diferente al socialismo.