Ciencia en la brújula: Earendel, la estrella más lejana
Tiempo de ciencia en La Brújula con Alberto Aparici. En esta entrega nos habla de la última estrella descubierta por el Telescopio Espacial Hubble.
La estrella más lejana conocida. Eso es lo que esta semana ha presentado el equipo del Telescopio Espacial Hubble que lleva más de 30 años en órbita pero sigue dándonos descubrimientos de esta magnitud. La han llamado Earendel, una palabra utilizada en un poema de Tolkien y que significa “luz de la mañana” en inglés medieval.
Earendel es la estrella más lejana que hemos podido observar, y eso quiere decir que es también una estrella muy antigua! Brilló cuando el universo tenía 900 millones de años, y eso es hace… 12.900 millones de años. De ahí lo de “luz de la mañana”. No es la mañana del planeta Tierra: es el amanecer del propio universo, cuenta Aparici.
¿Sigue brillando Earendel?
Todo indica que no, que se apagó hace muchísimo tiempo. Hay mucha incertidumbre sobre sus propiedades, pero todo indica que Earendel fue una estrella muy grande, y por tanto de vida muy corta: vivió y murió en aquellos primeros años del cosmos, cuando las galaxias eran todavía muy jóvenes.
¿Fue una de las primeras estrellas?
Es antigua, pero no tanto. Si Earendel brilló 900 millones de años después del Big Bang hemos visto galaxias que ya brillaban 400 millones de años después del Big Bang. Lo que pasa es que en esas galaxias no podemos distinguir estrellas individuales, lo que vemos es el brillo conjunto de todas ellas. Lo que tiene de extraordinario Earendel es que está así de lejos y la hemos podido ver separada del resto. Es una ventana a esa “mañana del universo”.
¿Qué aspecto tiene?
Es un punto de luz, en eso no es diferente de otras estrellas. Pero este punto de luz en concreto lo hemos podido ver gracias a una maravillosa casualidad: es que en el cielo, entre ella y nosotros, está pasando una gigantesca “lupa” que amplía el trocito de la galaxia donde está Earendel. De hecho, de esa galaxia sólo podemos ver esta estrella, porque la lupa nos amplía ésta y sólo ésta.
Bueno, no es una lupa hecha de cristal. Es una lupa hecha de galaxias. Lo que está pasando entre nosotros y Earendel es un grupo de galaxias, uno de los más grandes conocidos, y es la gravedad de esas galaxias la que actúa como una lupa.
¿Qué tiene que ver la gravedad con una lupa?
La gravedad puede concentrar la luz, como una lupa. Para entenderlo, pensemos primero en qué es lo que hacen las lupas: tú tienes un objeto muy pequeño que está emitiendo luz en todas direcciones. Como el objeto es pequeño, emite poca luz; y como encima la luz se va para todos los lados, se pierde y es muy difícil ver ese objeto.
Una lupa lo que hace es concentrar esa luz: coge todos esos rayos que se van cada uno hacia un lado y los redirige para que vayan todos hacia tu ojo. De esa forma lo que ves es una imagen ampliada y más clara de ese objeto.
¿Y la gravedad puede hacer eso mismo?
Si se dan las condiciones apropiadas, sí. Que nuestros oyentes piensen que la gravedad afecta a la luz igual que afecta a un planeta: los planetas dan vueltas alrededor de las estrellas debido a la gravedad. La luz no llega a dar vueltas en torno a una estrella, pero cuando pasa cerca sí que hace como una curvita: como si hiciera el amago de orbitar pero luego saliera corriendo. Bueno, esa capacidad para curvar los rayos de luz es lo que hacen precisamente las lupas.
Así que los objetos con mucha gravedad, como los grupos de galaxias, tienen cierta capacidad para hacer de lente. De hecho se llaman lentes gravitatorias. La diferencia con las lentes que nosotros hacemos es que las lentes hechas de galaxias son muy irregulares y nos dan una imagen muy deformada de las cosas.
En este caso, la galaxia en la que está Earendel la vemos muy alargada, como una especie de espagueti. Pero el espagueti se corta, aparece un puntito, y luego continúa. Ese puntito es Earendil. Hemos tenido la suerte de que esta lente nos amplía mucho precisamente esa región, donde está esta “luz de la mañana”, la estrella más lejana que hemos visto nunca.