LA BRUJULA

El cuaderno de Chapu: La última palabra

Chapu Apaolaza analiza la actualidad política en La Brújula

ondacero.es

Madrid | 03.09.2021 21:18

Durante meses, a Olatz Vázquez le dijeron que lo suyo no era nada grave. Hoy hemos sabido que ha muerto. Contó su cáncer gástrico en Twitter donde colgaba fotos en las que se iba haciendo leve casi el espíritu que es hoy. Aborrezco la retórica de la pelea contra la enfermedad y el adjetivo de luchador. Como si curarse dependiera de uno, como si uno muriese de cáncer por no echarle las suficientes huevos.

Un rato antes he dejado a Macarena en el colegio con la mochila nueva y los puños cerrados por la ilusión. Tan lejos y tan cerca de la foto en la que Olatz se rapaba la cabeza cuando su primer tratamiento. He perdido a la niña entre el gentío de padres que celebraban la liberación de verse al fin sin sus niños, solos en casas silenciosas. Me han resultado horribles. Cuando, allá a lo lejos, entre varias cabezas, ha pasado como un fogonazo el ojo azul cantábrico de Macarena y, a momento, lo he vuelto a perder. Por costumbre, permanezco un tiempo frente al colegio cuando ya se ha ido ella. No sea que de pronto regrese y se de cuenta de que yo ya me he largado. Me gustaba cuando Macarena creía que yo pasaba el día en la puerta esperándola.

Antes de partir a su último viaje en Sevilla, herido ya de muerte por la enfermedad, mi padre se sentó en mi cama al amanecer y me dijo en susurros que siempre ha estado orgulloso de mí y yo no tuve valor para decirle, que yo también estaba orgulloso de él. Desde entonces, cuido las despedidas, saberse vivo es comportarse como si cada despedida de tus hijos fuera la última. Así, el destino, que es astuto y un poquito cabrón, no te roba la última palabra.

La vida no es un viaje porque nadie llega a puerto. Todos los barcos se hunden. La vida no tiene un final, solo se acaba se corta, se rompe, naufraga… La vida siempre te deja con la palabra en la boca. Así que procuro dejar una frase para el recuerdo de los niños y les repito siempre la misma, por si esa noche es la última: "Buenas noches. Te voy a querer siempre. Pase lo que pase. Hagas lo que hagas".