El cuaderno de Chapu: "El otoño"
Chapu Apaolaza analiza la actualidad política en La Brújula
Notas del 22 de septiembre. En poco menos de una hora se termina el verano que es algo que siempre se está terminando. El otoño es un hongo nuclear en el horizonte de la esperanza. Poco a poco, el frio extenderá sobre las laderas su manta de piedra negra y, para cuando queramos darnos cuenta, un día los niños saldrán del colegio y la noche se habrá echado sobre la ciudad atropellando la luz.
De las ramas del alma caen las hojas y los versos de los malos poetas y a cada paso de estación de este camino cansado echo más en falta aquel tiempo ya lejano en el que no pasaba nada. El Brexit, la pandemia, la nevada, la crisis, el kilovatio hora y las cenizas de un volcán. Vivimos encadenando inviernos en un lento avance de 700 metros a la hora.
En La Palma, han desalojado el mar y también la tradicional sesión del Control a la Oposición, porque del lado del Gobierno solo han comparecido seis ministros de 22. El sanchismo es una acción política relacionada con el chamanismo y uno de sus mejores trucos es el de aparecerse o desaparecer, según le convenga. Sánchez sopla en su mano un pellizco de limadura de estrellas y desaparece por arte de magia y del pedrismo. Mientras tanto, las excavadoras intentan modificar la trayectoria de la colada de lava.
Uno de los ejercicios más bellos y por momentos más estériles es el de doblegar el destino de las cosas que resultan inexorables. Comentan algunos ingenieros que la única manera de contener la lava sería tapar la boca del volcán con el marrón que se va a comer Arancha González Laya por haber traído a España a Ibrahim Ghali de aquella manera por culpa de quien ya se lo pueden imaginar.