Pasemos un buen dato: ¿Cuál fue la puerta de entrada del consumo de fentanilo?
Natalia Hernández nos introduce su nueva sección 'Pasemos un buen dato' y en este primer número nos cuenta la historia detrás del fentanilo.
'Pasemos un buen dato' es la nueva sección de La brújula de la mano de Natalia Hernández.
La periodista asegura que "ni sumando las bajas de los soldados estadounidenses en las guerras de Vietnam, Irak o Afganistán obtendríamos un dato similar al de las vidas que se apagan cada año en Estados Unidos a causa del consumo de las drogas sintéticas, 80.000 personas".
Explica Hernández que para comprender el éxito de sustancias como el fentanilo que es 50 veces más fuerte que la heroína y 100 veces más fuerte que la morfina y mucho más barato, hay que viajar en el tiempo, concretamente, a la segunda mitad de la década de los 90.
Nos introduce a la Farmacéutica Purdue, una de las más poderosas de Estados Unidos, la creadora del Valium y de "un plan brillante para no ver comprometida su fortuna". La patente de uno de sus tratamientos para combatir el dolor intenso se iba a convertir en un genérico buscaron un sustituto y "el mercado enseguida adoró esta nueva píldora sin a priori riesgo de dependencia". El oxycontin.
Cuenta que durante años esta farmacéutica "consiguió engañar a todo el sistema americano", porque en realidad su pastilla "era tan adictiva como el resto de opioides y desde el inicio del tratamiento generaba una fuerte dependencia". Algunas de las claves fueron "una persuasión implacable y una campaña publicitaria agresiva".
"El consumo de oxycontin se considera que fue la puerta de entrada del consumo de fentanilo", matiza.