Un año del estado de excepción en El Salvador
Se cumple un año del régimen de excepción en El Salvador. Hacemos balance de las consecuencias de la suspensión de garantías constitucionales en este país con el escritor y periodista Óscar Martínez.
La semana pasada se cumplió un año del estado de excepción decretado en El Salvador por el Presidente Nayib Bukele. Un recorte de los derechos constitucionales que se impuso con el argumento de acabar con la violencia de las llamadas maras, las pandillas que llevaron al país a uno de los mayores índices de asesinatos del mundo. Para situar el tema atiendan a algunos datos. En 2015 en las calles de El Salvador se recogían 20 cadáveres diarios, en 2023 son menos de 3. En 2015 se registraban 103 muertes violentas por cada 100 mil habitantes. Hoy, en 2023, son 7,8 ¿Qué ha pasado, cómo se le ha dado la vuelta, que ha cambiado?
Lo cierto es que en 2019 Bukele llegó a la presidencia salvadoreña con la promesa de terminar con el régimen social de terror que habían impuesto las maras. Antes, en 2015 fue alcalde de la capital, San Salvador, en representación del histórico Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, partido de izquierdas del que terminó siendo expulsado. Fundó su propio partido, Nuevas Ideas, y alcanzó la jefatura del Estado.
Y en efecto su prioridad fue combatir la violencia pandillera, algo de lo que hoy, un año después de la imposición del estado de excepción, dice tener casi conseguido.
El estado de excepción ha supuesto la limitación de la libertad de asociación, la suspensión de la necesidad de una orden judicial para practicar detenciones o interceptar comunicaciones, así como del derecho a tener una defensa, entre otras medidas. Todo ello ha permitido la detención de 66.000 personas acusadas de pertenecer a alguna de las maras. De hecho, se ha construido en el municipio de Tecoluca una mega cárcel, el CECOT (Centro de Confinamiento del terrorismo) con una capacidad para 40.000 presidiarios. Es la cárcel más grande de América.
Claro, la ausencia de garantías ha dado pie a múltiples violaciones de los derechos humanos. Así lo han denunciado organismos internacionales, ONGs , medios de comunicación...
Pero Bukele dice algo que es absolutamente cierto. Cuenta con unos índices de popularidad que rondan el 90%. No solo eso, sino que al controlar el parlamento y el poder judicial ha logrado reformar la constitución para poder presentarse a la reelección presidencial el año que viene. Otro indicio de la deriva autoritaria del presidente salvadoreño.
Hablamos con Óscar Martínez, jefe de redacción del diario digital salvadoreño 'El Faro', escritor de varios libros, y ganador de varios premios internacionales de periodismo, entre ellos el premio Gabo.