60 años del asesinato de Kennedy, un suceso lleno de incógnitas
Repasamos junto a Pedro Rodríguez, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Pontificia de Comillas, la trayectoria del que se convirtió en uno de los grandes iconos del siglo XX.
Hoy se cumplen 60 años del asesinato de John Fitzgerald Kennedy, que pronunció esa celebre frase de: “No se trata de lo que tu país pueda hacer por ti, sino de lo que tú puedas hacer por tu país”.
Fue el trigésimo quinto presidente de los Estados Unidos, asesinado aquel 22 de noviembre de 1963, herido mortalmente por disparos, dos, uno en la cabeza; mientras circulaba en su coche presidencial por las calles de Dallas.
Fue el cuarto presidente de EEUU asesinado (con Abraham Lincoln, James Abram Garfield y William McKinley) y el octavo y último en morir en el cargo.
Tres investigaciones oficiales concluyeron que Lee Harvey Oswald, un empleado del almacén fue el asesino. Una de ellas concluyó que Oswald actuó solo y otra sugirió que actuó al menos con otra persona más. Un suceso todavía sujeto a especulaciones, y origen de un gran número de teorías conspirativas. Pero, lo cierto es que a raíz de su muerte también, para muchos, nació un mito y uno de los grandes iconos del Siglo XX.
"La forja mediática de un mito"
Pedro Rodríguez, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Pontificia de Comillas lo define como "La forja mediática de un mito", que se moldeó en los 1.306 días que duró su mandato. Añade que Kennedy "representa ese momento de antes y después de la política donde la imagen cuenta tanto o más que la sustancia.
Explica Rodríguez que Kennedy y Nixon protagonizaron en 1960 el primer debate presidencial, que para las personas que lo siguieron a través de la radio ganó Nixon, pero para las que lo vieron en televisión, Kennedy lo hizo mejor. "En el fondo ese momento es parte de una carrera muy guionizada, no hay nada al azar en la ascendencia política de Kennedy", añade el profesor.
Lo resume como "el triunfo de un mito muy elaborado" y el cómo saber utilizar los medios de comunicación, sobre todo, la televisión.
Añade que al llegar a la Casa Blanca sucedió a Eisenhower y que eso supuso el cambio de la paz y la prosperidad de los años 50 a esa ruptura total. "En esos 1000 días de mandato fue capaz de ilusionar al país, el posible hablar de una presidencia inacabada", matiza Pedro Rodríguez.