La carta de Ónega a la rata del Parlamento andaluz: "Has conseguido el prodigio de hacer que gobierno y oposición busquen el mismo objetivo"
Fernando Ónega dirige su carta a la rata que se ha colado en el Parlamento andaluz.
No seré yo quien diga “buenas noches, querida rata”. Pero sí tengo que saludar a la rata más política que hemos visto en toda la democracia, y adelanto que no estoy pensando en nadie en concreto. Eres una rata anónima, sin nombre, como la mayoría de estos roedores. Eres, sin duda, una apasionada de la memoria no democrática, seguidora del general Pavía, aunque sin caballo, y del teniente coronel Tejero, aunque sin tricornio ni pistola. Eres la rata que hoy protagonizó una de las noticias del día al entrar, altanera tú, en el Parlamento andaluz.
He leído crónicas que hablan de tí como “la intrusa”. Sin ningún tipo de acreditación ni pasaporte, y sin mascarilla, Dios mío, burlaste los rigurosos sistemas sanitarios y de seguridad de la Cámara. Te paseaste por el salón de pleno como buscando tu escaño, dispuesta a votar a Susana Díaz para senadora, que era lo que se votaba en ese momento. Le diste tal susto a la presidenta, Marta Bosquet, que sale en las fotos como si hubiera visto un diputado en pelota picada. Algunos representantes del pueblo andaluz debieron pensar que eras una golpista encogida –“señorías, han encogido el caballo de Pavía”-- y dicen las crónicas que algunos salieron corriendo porque les pareció que habían oído algo parecido a un “se sienten, coño”.
Cuentan también testigos presenciales que ha sido Juan Marín, vicepresidente del gobierno regional, quien consiguió expulsarte sin previa llamada al orden y sin apelar al reglamento. Como el señor Marín es de Ciudadanos, se despeja la duda de la utilidad de este partido en sede parlamentaria. Y, para terminar la larga lista de episodios nacionales que has provocado, quede para la memoria democrática lo que dijo el consejero de Presidencia de la Junta: “no eres, rata invasora, la especie más peligrosa que hay en el Parlamento”. El caso es, anónima roedora, que has roto todos los esquemas.
No eres la primera en abandonar el barco, sino la primera en entrar, señal de inequívoca salud democrática. Tienes una vocación política nunca vista. Y has conseguido el prodigio de hacer que gobierno y oposición y hasta los extremos más alejados, Vox y Unidas Podemos, busquen en el Parlamento el mismo objetivo. Y ese objetivo, descarada rata, ese objetivo eras tú.