Así captan las bandas latinas a los niños para que actúen como sicarios
Manu Marlasca y Luis Rendueles explica qué está ocurriendo en las bandas latinas y cómo captan a los adolescentes.
Hay un aspecto muy preocupante que está aumentando en las bandas juveniles: el reclutamiento y la participación de menores de edad, algunos son casi niños, en esas bandas, y sobre todo, en los asesinatos que cometen.
Vamos a empezar por lo último que hemos sabido sobre estas bandas y sus crímenes. Vamos a escuchar una canción de un artista, un tal Maloco. Se llama Oops, se murió. Y es una canción basada en hechos reales
Le pasó por no tener la Glock, es decir, por no llevar encima la pistola, dice el cantante de este estilo de música, que se llama drill, una especie de variante del trap. Realmente no se murió, sino que lo mataron. Y la novedad de este vídeo violento, no es que esté basado en un asesinato real, sino que los acusados de ese crimen salen en el vídeo bailando y cantando.
¿Matan a un joven y luego hacen un vídeo y lo cuelgan en Youtube?
Así lo cree la policía. El asesinato, el real, no el que se ve en el vídeo de la canción, ocurrió en Fuenlabrada, al sur de Madrid, hace un poquito más de un año, el 3 de octubre de 2022. Un chico de 21 años que se llamaba Sailen Mesa, hijo de un diputado de la República Dominicana, había acudido a un concierto de un tal Rochy RD. Al acabar la música, este chico estaba en la calle con un grupo de amigos. Se acercaron entonces dos encapuchados que le dispararon en la cabeza y le machetearon, así lo dicen ellos, en la cara. Murió allí mismo. Los asesinos salieron zumbando y se subieron a una furgoneta.
Eso ocurre en octubre, hace justo un año, y la policía nacional comienza a investigar ese asesinato
La Brigada de Información de Madrid, especialista en luchar contra las bandas latinas violentas, se pone manos a la obra. Localizan la furgoneta utilizada para huir del lugar del crimen, ven que había sido robada en el barrio de Campamento, en Madrid. Localizan también al conductor, un ciudadano rumano viejo conocido suyo y acaban localizando al autor intelectual y a los dos autores materiales. Todos son integrantes de la banda de los Dominican Dont Play.
La policía también encuentra el origen del crimen, descubre que todo fue una venganza digamos indiscriminada contra la banda rival de los Trinitarios, y el pasado mes de mayo detienen a los cinco implicados. Son dos adultos y tres menores de edad.
Habláis de un autor intelectual que supongo será mayor de edad, y de autores materiales que son dos menores.
Así reclutan a los menores
Los líderes o suprema de los Coros (grupos) de las bandas reclutan chicos cada vez más jóvenes, muchos de ellos españoles. Antes se les exigía cometer algunos robos para probar su valor, entrar en el grupo y si acaso ascender, ahora se les pide que maten.
Los policías expertos en bandas nos explican que los menores son más disciplinados, hacen menos preguntas y están dispuestos a hacer lo que sea para ascender en la banda, en el grupo. Este no es el primer caso de menores que hacen de sicarios para sus jefes. En este caso, el jefe tiene 29 años, los dos asesinos que están esperando el juicio contra ellos en centros de menores no llegan a los 17.
El pasado mes de enero, con la investigación ya totalmente en marcha, los policías descubren un video de música drill que se ha subido a Youtube. Es un artista conocido como Maloco, un cantante del que los investigadores saben que tiene amistades entre los DDP, especialmente en el Coro de Campamento, el responsable del asesinato del joven en Fuenlabrada.
La canción, titulada “Oops, se murió”, dura poco más de dos minutos. Narra un asesinato, incluso en el vídeo se recrea como un chico con pasamontañas se acerca a otro que esté en la calle y lo apuñala. El análisis de la letra que han hecho expertos policiales les hace concluir que se está celebrando el asesinato real de Sailen, el joven que murió en Fuenlabrada. Se menciona varias veces el número 3, que es el favorito de los DDP y, sobre todo, los dos menores acusados del asesinato, salen junto al cantante y otros colegas cantando, bailando, celebrando.
Ese vídeo fue colgado en Youtube el pasado mes de enero, y decís que ya tiene más de cien mil visitas. Quizás los chicos, esos adolescentes acusados ya de asesinato, sepan ya que, además de haber sido utilizados, mataron a quien no era ni siquiera miembro de ninguna banda
Nos consta que en algún interrogatorio se les ha intentado explicar. Por cierto, uno de estos chavales llegó a escupir a una mujer policía que lo había detenido. La investigación de la policía ha revelado que la víctima, Sailen Mesa, era un
joven sin antecedentes y que no formaba parte de ninguna banda. Eso sí, quienes lo mataron pensaban que era un Trinitario. Tampoco esto es nuevo. Hay cientos, quizá miles de jóvenes, que siguen la música de los pandilleros y están imitando su estética, como un juego, decenas de ellos se han llevado ya algunos sustos.
En realidad, en esta historia de sangre todo empieza un mes antes del crimen. El jefe de Coro de los DDP se siente humillado en un incidente que ocurre dentro de una discoteca y decide vengarse. Ordena matar a un Trinitario. Los suyos advierten que, un mes después, hay un concierto de un cantante Rochy RD, un artistas que es muy seguido por los Trinitarios. Acuden allí y matan a uno de los asistentes, Sailen Mesa, pero realmente no era trinitario.
Decís que es solo el último caso, pero quizás ya el más alarmante de menores de edad metidos en bandas
Hace cinco años, el 20 por ciento de los pandilleros identificados por la policía eran menores de 18 años. Ahora ya son el 60 por ciento, es decir, los menores ya son mayoría en las bandas. Son la infantería, la tropa, pero ya también son los sicarios. Los jefes de la banda saben que si un menor comete el crimen recibe una condena mucho menor que si lo comete un adulto. El máximo para un menor asesino es de cinco años de internamiento cerrado.
Habéis contado aquí que a los menores de edad se los reclutaba antes en los parques de barrios humildes, donde ellos vivían con sus madres, casi siempre, sin la figura de los padres cerca
Eso sigue sucediendo pero también está cambiando, jefa. Hay dos formas nuevas de captación de chicos para las bandas. Una son las redes sociales, con todo lo que ello implica. Otra es la música, especialmente la música drill. Nos cuentan que cada coro o grupo de la banda suele tener un artista de referencia, alguien carismático para ellos, que les sirve además de para darles prestigio, para atraer carne joven, de chicos y también de chicas. Son lo que ellos llaman los bulteros y las cueros.
Bulteros y cueros. Eso es jerga de las bandas, claro. ¿Qué o quiénes son los bulteros?
Los integrantes de las bandas llaman con desprecio bulteros a chicos jóvenes, hijos de familias de clase media o clase alta, que juegan a ser malotes. Son chicos normales, muchos españoles, que posan en sus cuentas de instagram haciendo gestos de DDP o Trinitarios o posando con los colores o números favoritos de cada uno de ellos. Verde y 3 o AD3, en el caso de los Trinitarios, rojo y siete o AD7 en los DDP. En el caso de Sailen, parece que había posado haciendo algún símbolo de los Trinitarios, pero más que nada por triunfar con una chica, por impresionar a una chica que le gustaba.
Estos críos se meten en un infierno por jugar a eso. Se convierten en bulteros. En varios institutos ha pasado ya que han ido a verlos verdaderos pandilleros que han visto sus perfiles en Instagram. Si son de la banda rival, se la juegan; si son de la banda con la que han tonteado desde el ordenador, les pueden pedir dinero o darles una paliza. En el caso de las chicas es mucho peor. Ellas son “cueros”
Las mujeres, tratadas como objetos sexuales
Las chicas son cueros, hay que pulirlas, están para ser pulidas, vamos a dejarlo ahí. Los jefes de Coro pueden probarlas, así lo dicen, pueden también darles la orden de tener sexo con otros integrantes o usarlas como cebo para miembros de grupos rivales. Por ejemplo, hacerlas tener sexo con un DDP para tenerlo controlado y tenderle una emboscada. Los rituales de acceso a la banda para las chicas suelen tener que ver con el sexo. Rituales que muchas veces son grabados con teléfonos móviles para poder tenerlas atadas y chantajearlas convenientemente.