Saul Martínez-Horta, neuropsicólogo: "Normalizar que envejecer implica perder la memoria es un error"
El neuropsicólogo Saul Martínez-Horta recoge en el libro 'Cerebros rotos' muchas de las experiencias de los pacientes que han pasado por su consulta.
¿Te imaginas olvidarte de tu pareja y volver a enamorarte de ella todos los días? Este es el caso de uno de los pacientes del neuropsicólogo Saul Martínez-Horta incluido en el libro 'Cerebros rotos'. Un libro en el que, además de recopilar las experiencias de sus pacientes y la suya propia, Saul nos ayuda a comprender las complejidades el cerebro humano.
"Cada vez hay más interés por conocer las enfermedades del cerebro", asegura el experto que explica que este órgano se puede "romper" por muchas causas, pero lo importante es saber identificarla y, si no tiene cura, "aprender a vivir con ello".
Actualmente hay "una epidemia de enfermedades neurodegenerativas" y la edad, aunque no tiene porqué ser la causa, "es una variable considerable en su desarrollo": "Se ha normalizado que hacerse mayor implica perder la memoria y eso es un error".
El neuropsicólogo incide en la importancia de "consultar" en el momento que veamos algún cambio en el comportamiento de una persona; desde la pérdida de memoria hasta el mal humor. "Cuando un cerebro no funciona, se puede expresar la disfunción a través de cualquier cosa", señala.
¿Qué es la enfermedad de Huntington?
Dentro de las enfermedades neurodegenerativas, Saul es experto en la enfermedad de Huntington.
"Se trata de una enfermedad genéticamente determinada. Las personas que la sufren tienen una mutación y los hijos de quienes lo padecen tienen un 50% de posibilidades de haber heredado la mutación y desarrollar la enfermedad en el futuro", relata el doctor. "Se inicia a una edad temprana (30 o 40 años) y tiene un curso neurodegenerativo devastador con síntomas de tipo motor: desde problemas de equilibrio a la imposibilidad de impedir caminar, hablar y tragar. Algunas personas dejan de reconocer a sus familiares", añade.
A partir de los 18 años, las personas cuyos progenitores tengan la mutación, pueden hacerse una prueba genética para salir de dudas. "No somos conscientes de que no somos infinitos y que desarrollaremos alguna enfermedad terrible a lo largo de nuestra vida", advierte el experto.