"No puedo esperar al momento de llevar a mis hijos al cine, sentarles con palomitas y decirles 'esto es lo que hace papá'", bromea Javier Bardem sobre su nuevo papel como mago Héctor Valenti en 'Lilo, mi amigo el cocodrilo', una película que se estrena el próximo 21 de octubre.
El actor español se aleja de su papel habitual, algo por lo que tuvo "reparos" antes de aceptar participar en el film: "El 99% del sí a la película es de mis hijos y el 1% mío, de decir 'no me queda otra'. Cuando les conté la posibilidad de cantar con un cocodrilo en Nueva York me dijeron que la hiciera ya".
Se planteó participar porque no canta ni baila ni hace trucos de magia, por lo que no entendía la insistencia del director: "Les dije que para qué me querían a mí y no cogían a Hugh Jackman que es más guapo y sabe hacer estas cosas, pero me respondió que interpreto a un personaje que no sabe, por lo que lo entendí todo".
En el film, canta junto a Shawn Mendes, y ve la música como aspecto clave a la hora de "conectar con las cosas más profundas": "Siempre ha sido la expresión creativa y artística más importante para mí, me hace sentir las cosas de manera inmediata".
Bardem también admite que es un "honor" y un "placer" que le sigan llamando para hacer papeles. Actualmente se encuentra rodando la segunda parte de Dune con Timothée Chalamet o Zendaya, y asegura que no le tienta dirigir: "Me pica el gusanillo de estar con los compañeros haciendo algo, pero llega el momento de levantar una película y digo 'qué difícil'. Al final, sería más esclavo de eso que de otra disfrutar de lo creativo".