Hepatitis aguda infantil: El motivo de preocupación del pediatra Quique Bassat en ciertos casos
En 'Julia en la Onda', hablamos con el pediatra, epidemiólogo y asesor sanitario del Gobierno Quique Bassat sobre la gravedad que presentan algunos casos de hepatitis infantil ya diagnosticados en España.
El pasado 5 de abril, el Reino Unido lanzó una voz de alarma tras detectar varios casos de hepatitis infantil aguda, una enfermedad de origen desconocido que afecta a niños pequeños, la mayoría menores de 5 años. Desde entonces, se han confirmado unos 300 casos en 14 países, 22 de ellos en España.
Quique Bassat, epidemiólogo y pediatra, asegura que, a pesar de lo que puede parecer, "no es el número de casos lo que les preocupa", el cual entra dentro de la normalidad, "sino la gravedad de los casos que tenemos, ya que 1 de cada 10 ha terminado en un trasplante hepático".
Esta intervención, que consiste en la sustitución del hígado por haber dejado de funcionar, "es el último resorte para salvar la vida del niño", y es la frecuencia con la que se recurre a esta "lo que ha hecho saltar las alarmas".
Un diagnóstico "a ciegas"
Según Bassat, la alerta tiene su origen en los primeros clínicos que advirtieron varios casos "y no podían atribuir una causa de los patógenos típicos que causan las hepatitis en los niños ".
Las comunidades científicas habituales, la OMS y la Agencia Europea de Enfermedades Infecciosas recogieron entonces esa alarma y la difundieron entre los pediatras del mundo, que comenzaron a plantearse la incógnita de qué tendría esta variante que no tienen las demás.
No es la cantidad de casos lo que nos preocupa, si no su gravedad
Meses después, el pediatra y epidemiólogo, asegura que "todavía vamos a ciegas, ya que hay muchas hipótesis sin respuestas claras más allá de la incriminación de una serie de patógenos y un subtipo de virus, el F41, que normalmente causa cuadros gastrointestinales muy banales".
Algunos han sugerido la influencia del covid-19, aunque, según el doctor, "todas las hipótesis son muy especulativas", ya que "el aislamiento que ha producido los casos registrados evidencia que es mucho más que un hallazgo casual ". Lo que más llama la atención, asegura, es "la dificultad para entender el cambio en un mecanismo que normalmente causa una patología benigna".
La posible relación entre el covid-19 y los casos de hepatitis en niños
El recuento de los casos comenzó en enero, cuando las autoridades sanitarias británicas alertaron del aumento de casos, con ómicron como variante predominante, "ya que hasta la fecha no se habían documentado casos tan graves, incluso con la circulación de otras variantes". Por este motivo, los estudios mantienen el foco "en la combinación delas consecuencias de haber pasado el covid y la sobreprotección inmunitaria a la que se le ha sometido a los niños a causa de las restricciones", que, mezclado con el virus, "podría ser el causante de estos cuadros".
El contagio por covid y la sobreprotección a la que hemos sometido a los niños podría ser el motivo de estos cuadros
En esta línea, Bassat apunta que, a pesar de haber sido por una razón de peso, "durante estos dos últimos años hemos abusado de las medidas de higiene y protección de los niños", lo que habría favorecido que se cumpla "la hipótesis de la higiene", que relaciona el aumento de la protección con la reducción de enfermedades infecciosas y con el incremento de la vulnerabilidad ante ellas".
¿Es vinculante el contacto con perros en el contagio de la enfermedad?
Otra hipótesis que se baraja, de la que aún no se han concretado si es concluyente, es la que relaciona la patología con el contacto de perros y los niños.
Esta conexión, que según el doctor "podría ser un hallazgo casual", procede de algunas investigaciones británicas, que habrían concluido que la mitad de los pacientes convivían con perros, algo que, por otro lado, es frecuente en los hogares británicos.
¿Cuáles son los síntomas de la hepatitis?
Entre los síntomas, que por fortuna y según Bassat "son fácilmente reconocibles", se encuentran en el inicio vómitos, diarrea y fiebre, para después dar paso, en los casos más graves, a coloraciones amarillentas en la piel y en el blanco de los ojos y al oscurecimiento de la orina, síntomas "que son los únicos que deberían motivar la consulta con el pediatra".