La llegada de smartphones y dispositivos inteligentes ha hecho que el Gran Hermano que imaginó Orwell esté cada vez más cerca de ser real. Juan Tapiador y Narseo Vallina-Rodríguez han participado en una investigación y nos cuentan que los dispositivos inteligentes de nuestra casa se comunican entre ellos: "Intercambian información y hace que todo sea muy mágico y útil para el usuario sin saber lo que sucede por debajo".
"El problema es que para habilitar estos servicios necesitan información de lo que hace el usuario y de lo que sucede alrededor. Se hace a través de la red local, a través del Wifi común. Es su canal y los dispositivos intercambian su información", añaden los investigadores que subrayan que cuando se diseñaron "nadie pensaba que iba a haber tantos dispositivos con acceso a la red y que el hogar iba a ser un entorno seguro". Sin embargo, este avance nos ha dejado cada vez más expuestos y es fácil que información sensible sea sustraída. Dejamos una huella que puede ser de mucho interés para determinados grupos por eso estos dispositivos tienen un papel importante en el "perfilado de usuarios". Los investigadores nos proponen multitud de casos y ejemplos que ejemplifican todo esto.