Solo en Estados Unidos, y en lo que llevamos de año, han muerto 17.000 personas por armas de fuego, una cifra que e aproxima a las 43.000 de 2020, y las 45.000 de 2021. Según fuentes independientes al gobierno, más de la mitad de estos casos son suicidios.
En el día de ayer, Estados Unidos volvió a vivir una masacre perpetrada por un tirador, de 18 años, que en este caso entró armado a un colegio del estado de Texas, se atrincheró en un aula y disparó a todo aquel que encontró en su camino. Según fuentes oficiales, mató a 21 personas, 19 niños y 2 profesoras en el que ya es el segundo tiroteo más sangriento de la historia del país por detrás del que perpetró un joven de perfil similar en Connecticut en 2012 y en el que murieron 26 niños.
Este tiroteo, el segundo que sufre el país en 10 días, se suma a los 213 en lo que va de año, 17 se perpetraron ayer además de este, ha vuelto abrir el debate sobre la facilidad con la que los residentes del país pueden comprar armas y de qué forma se podría atajar legislativamente esta situación que desde la administración Biden califican como "insoportable".