Es evidente que nos hemos portado mal, y que sus majestades nos van a dejar en el zapato un montón de restricciones. Pero eso será a partir del día 7. Hoy y mañana, además de contagiarnos si nos empeñamos en reunirnos de 10 en 10, también podemos preparar el agua para los camellos, las galletas para Melchor y los bombones para los pajes.
Con suerte, a partir del 7 también, las autoridades sanitarias autonómicas encuentran la forma de sacar de la nevera las centenares de miles de vacunas que duermen inútilmente a 80 bajo cero. Es una alegría todo, ya lo ven.