El encanto de los patios y las calles de Córdoba en los meses de otoño
El color de las flores y macetas de los patios cordobeses llena cada primavera sus calles de visitantes, pero no es necesario esperar hasta entonces para disfrutar de una ciudad cuya historia y tradiciones la llena de grandes eventos. El aroma que en otoño llena sus calles, alejadas de las grandes aglomeraciones, da una oportunidad única de conocer Córdoba.
Visitar Córdoba es siempre una buena idea, ya sea durante las Cruces, los Patios, la Semana Santa, la Feria, el puente de mayo, la romería, el festival de la guitarra, el festival del caballo, los festivales de flamenco, los festivales de blues, la verbena, los mercados gastronómicos, las degustaciones, las catas o simplemente durante un fin de semana o un puente las agradables temperaturas nos acompañan todo el año. No faltan oportunidades para disfrutar de la ciudad.
Córdoba cuenta con un legado histórico y cultural que la UNESCO ha reconocido hasta en cuatro ocasiones nombrando Patrimonio de la Humanidad a la Mezquita-Catedral, el centro histórico que la rodea, la Fiesta de Los Patios y Medina Azahara. Un patrimonio que el equipo de Gente viajera comentará con José María Bellido, alcalde de la ciudad.
Herencia de las diferentes culturas que la habitaron
En Córdoba se han sucedido todas las culturas, la romana, la musulmana, la judía, la cristiana, como si el lugar estuviera por encima de los pueblos que pasaron por él, siempre a orillas del majestuoso río Guadalquivir, que tampoco ha cambiado, y sigue siendo razón de ser de la ciudad.
Por eso es imprescindible visitar Córdoba, cruzar el Guadalquivir por el puente romano, y acercarse a la Mezquita musulmana, la principal maravilla de la ciudad. Un templo que se inició en el siglo VIII, en tiempo de Abderramán I, ampliado después hasta alcanzar el esplendor del siglo X, con Almanzor, cuando se dice que la ciudad podía tener en torno a medio millón de habitantes.
De la mano de Enrique Domínguez Uceta conoceremos cada detalle de esta obra maestra de la arquitectura, por rigor constructivo, y por capacidad de fascinar sin necesidad de alardes estructurales. La mezquita es incomparable, incluso después de que incrustaran en su interior una Capilla Mayor y nave gótica del siglo XIV, y más tarde, la gran catedral del siglo XVI.
Sabores y aromas que llenan la gastronomía cordobesa
La gastronomía cordobesa es uno de los pilares de la ciudad. Quizás sea el salmorejo el primer plato que a todos nos venga a la cabeza, pero el recetario es amplio y lleno de influencias. Desde los flamenquines, el rabo de todo, las berenjenas fritas, alcachofas a la montillana o el pastel cordobés, todas la elaboraciones emanan tradición.
Con el chef Paco Morales, distinguido con dos Estrellas Michelín y creador de los proyecto culinarios del Restaurante Noor y el "Bar de Paco Morales" hablaremos de la cocina cordobesa, su evolución y la propuesta del chef de poner en valor los orígenes de la ciudad.
Los patios en otoño
Una de las tradiciones más conocidas de Córdoba está en sus patios. Estos rincones se llenan de color cada primavera gracias a las flores y macetas que llegan a crear verdaderos lugares con encanto. Aunque no es necesario esperar a esa primera quincena de mayo para perderse por las calles de la ciudad visitando los patios más característicos.
Junto a Miguel Ángel Roldán, presidente de la Asociación de Amigos de los Patios y Rafael Barón, presidente de la Asociación de Patios, Rejas y Balcones “Claveles y Gitanillas” haremos una ruta por los patios tradicionales que se pueden visitar a lo largo de todo el año.
Destino de turismo de bienestar
Además de ser destino cultural, histórico, gastronómico... Córdoba guarda en sus baños árabes uno de sus principales atractivos turísticos.
De forma accidental en 1903, se hallaron los restos de unos baños árabes en el Campo de los Santos Mártires. Sin embargo, no fue hasta 1961 cuando un grupo de historiadores cordobeses sacó a la luz dicha construcción, dejando constancia de la gran envergadura de la misma. Estos baños se llamaron… Los Baños del Alcázar Califal.
Unos baños o yacimientos contiguos al desaparecido Alcázar omeya, al cual con toda seguridad pertenecían y que posiblemente fueran los más importantes de la ciudad.
Las abluciones y limpieza corporal constituían una parte esencial en la vida del musulmán y eran preceptivos de la oración, además de constituir un rito social.