Un día cualquiera, en un parque cualquiera, de una ciudad cualquiera, pero no de un país cualquiera, sino de España, un grupo de niños se disponen a disfrutar una tarde de junio. Ese mismo día, en ese mismo parque, en esa misma ciudad de España, una camada de gatos se dispone a jugar, a corretear, a olisquear. Ambos grupos, no tan diferentes entre ellos, coinciden en espacio y tiempo. Lo esperable, lo natural, sería que el grupo de niños humanos demostraran cierta empatía por este grupo de cachorros de gatos, que los observaran, los acariciaran. La biofilia es un sentido innato que las especies inteligentes tenemos, un sentido que nos conexiona con la naturaleza y con otras formas de vida.
Pero cuando lo que sucede es que ese grupo de humanos decide usarles como balón en su "campo de juego de los horrores" y ser capaces de dar patadas hasta la muerte a unos indefensos seres vivos ¿qué está sucediendo? Una mujer llegó a tiempo de salvar a Broken, pero el resto de sus hermanos yacían muertos. Broken fue derivada al Centro Veterinario Mascotero de Rivas, donde tuvo que ser intervenida de urgencias. Lo que en un principio parecía una simple hernia resultó ser una rotura completa de su pared abdominal. Carlos Rodríguez, director del programa Como el perro y el gato y el veterinario que la intervino, asegura que en sus 30 años de profesión y cientos de cirugías a sus espaldas nunca había visto una rotura completa de la pared abdominal. Además Broken tenía una fractura de fémur.
Ante tal atrocidad, Carlos Rodríguez, como realiza con otros casos, decidió realizar un vídeo para dar a conocer su historia y publicarlo en su página de Facebook y su cuenta de Twitter. Es entonces cuando caso de Broken irrumpe en la vida de la gente y en las redes sociales. En 24 horas superó las 7.700.000 personas alcanzadas, 2.600.000 reproducciones, los casi 120.000 compartidos, casi 63.000 “me gusta” y casi 10.000 comentarios.
Broken no es el primer caso de un animal maltratado a mano de unos niños y lamentablemente no será el último. Broken es uno más de los cientos maltratados por el ser humano, pero con él se ha demostrado que los animales les importa a mucha gente, que el maltrato que lo rechaza la mayoría. Algo que, en opinión de Carlos Rodríguez y de todo el equipo de Como el perro y el gato, debería hacer pensar a nuestros políticos, aquellos que prometen legislatura tras legislatura una Ley de Protección Animal que nunca llega.