En el trabajo se han analizado a 2.032 jóvenes y 20.035 adultos y refleja que Alemania tenía los niveles más bajos de uso no médico de medicamentos recetados, mientras que el Reino Unido, España y Suecia tenían los niveles más altos.
Estos fármacos suelen ser administrados por amigos y familias (44% en el caso de los opiáceos y 62% en sedantes), y suelen ser más usados por mayores de 18 años, hombres, personas de raza blanca y desempleados.
Asimismo, los expertos han detectado que cuando se usa un calmante para el dolor se multiplicaban por ocho las probabilidades de tomar analgésicos recetados en otras ocasiones, pero no para ese momento; por siete los estimulantes y por diez el uso de sedantes.
"Hemos detectado una tasa alta de abuso de analgésicos con receta en la Unión Europea, incluso más elevada de la que ya se ha detectado en Estados Unidos, lo que sugiere que Europa podría estar acercándose a los americanos en el uso de algunas sustancias como, por ejemplo, analgésicos opioides", ha recalcado Novak.
Asimismo, el trabajo ha mostrado que alrededor del 52% de los que consumían estimulantes, el 32% de los que utilizaban opiáceos y el 28% de los que tomaban sedantes también consumían drogas ilegales, especialmente en el caso de los ciudadanos del Reino Unido.
Ahora bien, los expertos han avisado de que el diseño transversal de este estudio ha hecho imposible poder resolver la pregunta de si el uso no médico de medicamentos con receta sirve como puerta de entrada a otras sustancias o de si las personas que utilizan drogas ilícitas están en mayor riesgo de tomar por su cuenta fármacos recetados o para lograr la euforia.