Se retrasa la edad de jubilación: A partir de enero los españoles se jubilarán con 66 años
El año que entra traerá un nuevo endurecimiento en los requisitos para acceder a la jubilación, que para poder cobrar el 100% de pensión los trabajadores con 65 años tendrán que haber cotizado 37 años y tres meses. Y es que desde 2019 la edad de retiro comenzó a incrementarse dos meses para llegar a los 67 en 2027.
Ante un panorama en el que España está ahogada por el déficit y las deudas, Bruselas marca, por su parte, el ritmo para poder equilibrar el sistema de pensiones de nuestro país. De esta manera, el 2021 llegará con un nuevo endurecimiento en los requisitos para acceder a la jubilación en cumplimiento de la ley de pensiones.
El Fondo de Reserva, prácticamente, se ha agotado por el Gobierno y, como consecuencia, los números rojos y la reforma de las pensiones que se llevó a cabo de 2011 obligan a que los ciudadanos trabajen más años y cobren menos como fórmula "mágica" para sostener el sistema.
Por lo tanto, la edad legal de jubilación se va retrasando cada año en virtud del régimen transitorio establecido en dicha reforma hasta llegar a los 67 años en 2027, mientras que la edad para la jubilación anticipada forzosa en caso de despido será siempre cuatro años inferior - dos años si la jubilación anticipada es voluntaria -.
Así, quienes quieran jubilarse a lo largo del año próximo con el 100% de la pensión que les pudiera corresponder deberán tener ya cumplidos los 66 años. Desde 2019 la edad de retiro comenzó a incrementarse dos meses para llegar a los citados 67 en 2027.
¿Qué ventajas tiene para el sistema público retrasar la edad de jubilación?
Retrasar la edad de jubilación permite disponer de más población activa que financie las pensiones y, por ende, retrasa el cobro de la pensión. Es decir, si un trabajador sigue activo hasta los 67 años, son dos años más que aporta a la caja común sin consumir pensión.
No obstante, este retraso tiene sus excepciones. Los trabajadores que acumulan una larga vida laboral podrán retirarse con su pensión íntegra a los 65 años siempre y cuando tengan cotizados 37 años y seis meses o más. Por cada ejercicio se aumenta ese periodo en tres meses hasta llegar a 2027, cuando quien desee retirarse a los 65 deberá contar con una cotización de, al menos, 38 años y seis meses.
La generación que se está jubilando ahora comenzó a trabajar muy joven y, por tanto, acumula muchos años de aportaciones al sistema. Los jóvenes de ahora lo tendrán más difícil, ya que han empezado más tarde a cotizar a la Seguridad Social y con sueldos más bajos, así como las mujeres con lagunas de cotización, que obedecen, por regla general, a la dedicación a los hijos.
A partir de enero también cambiarán los años que se tienen en cuenta para calcular la pensión, que ese año quedará fijado en 24 años. Desde 2013 se abrió un periodo transitorio hasta el 1 de enero de 2022 en el que el periodo de cotización exigido para calcular la pensión pasará de forma progresiva desde los 15 años a los 25 años. A cada ejercicio, a contar desde 2013, se le va sumando un año hasta completar los citados 25 años en 2022.
¿Puede haber penalizaciones acogiéndose a la jubilación anticipada?
La reforma de las pensiones de 2011 también supone modificaciones para este año que entra en la jubilación anticipada. De esta manera, para acceder al retiro anticipada voluntario la norma retrasa hasta los 64 de edad, en paralelo a la legal por realizarse dos años antes también hasta 2027, cuando quedará establecida en el mínimo de 65 años.
Para acceder a esta modalidad son necesarios al menos 35 años de cotización, y por cada trimestre de adelanto respecto a la edad oficial de jubilación la pensión sufrirá una penalización progresiva que irá desde el 2% de la base reguladora por trimestre, si se han cotizado menos de 38,5 años, hasta el 1,625% si se superan los 44,5 años cotizados.
En el caso de jubilación forzosa (por despido) podrá realizarse hasta cuatro años antes de la edad legal de retiro, con lo que la sitúa en 62 años en 2021. Serán necesarios 33 años de cotización como mínimo y lapenalización irá desde el 1,875% por trimestreadelantado para menos de 38,5 años cotizados, hasta el 1,5% para más de 44,5 años cotizados.
Las nuevas subidas de las pensiones
Una de las primeras cosas que el Gobierno desveló del Presupuesto de 2021 fue que las cuantías de los más de diez millones de pensiones que se cobran mensualmente en España crecerán un 0,9%. Para el casi medio millón de pensiones asistenciales - aquellas que reciben quienes no han cotizado lo suficiente para recibir una prestación contributiva - el alza será el doble, un 1,8%.
A este incremento de las cuantías hay que sumar el aumento del número de pensionistas esperado para 2021 y la tasa de sustitución prevista -cuantía superior de las pensiones que entran en el sistema que las que salen - para llegar al gasto final en pensiones calculado por el Gobierno para el año que viene, que ha sido fijado en 163.297 millones. Esta cuantiosa cantidad supone un alza del 3,2% del gasto respecto a 2020 y suponeya el 35,8% del gasto total y un peso sobre el PIB previsto para 2021 del 13,3%.
Se avecina un año muy complejo para la Seguridad Social
La factura mensual de las pensiones ya roza los 10.000 millones y su deuda los 100.000 millones este ejercicio. La Seguridad Social no pasará su mejor año, ya que la parálisis económica para frenar la pandemia, los confinamientos y las restricciones a las empresas van a golpear descaradamente las cuentas públicas, y el sistema verá cómo se agrandan los números rojos que arrastra desde 2011, que a finales de 2019 ya superaban los 17.000 millones.
El Gobierno ya ha reconocido una merma grave de sus ingresos, al tiempo que aumentarán sus gastos por el pago de prestaciones extraordinarias. Su déficit y su deuda irán hasta porcentajes desconocidos, lo que convierte a este sistema en el principal foco de preocupación de las cuentas públicas.
Las primeras previsiones son que su agujero marque una nueva marca, que ascenderá ya este ejercicio hasta el 4,1% del PIB, una cifra que equivale a más de 45.000 millones. Con la vista en puesta en 2021, las proyecciones del Ejecutivo se han suavizado hasta el 3%, pero seguirá en abultados números rojos, una situación que arrastra desde 2011.
Durante el primer semestre, la recaudación por cotizaciones bajó un 3,8% respecto al año anterior, frente al alza de los gastos del 3%. La situación en estos momentos es similar y la incertidumbre sobre la evolución del coronavirus hace muy complicado predecir cómo evolucionará el balance del organismo.